martes, 15 de diciembre de 2015

PALOMINO


Los escándalos nunca han sido ajenos a la Policía Nacional, ya sea por corrupción, abuso de autoridad, narcotráfico, enriquecimiento ilícito y otros tantos males, que también se dan en muchas instituciones del Estado. Valga decirlo. Pero es que esta es la institución que nos cuida de los malos, mis amigos. Cuando un niño pequeño le dice a sus padres que cuando sea grande quiere ser policía, bombero o doctor, es porque lo considera algo grande, algo maravilloso. Y en Colombia son muchos los niños que quieren ser policías cuando grandes, sobre todo en los pueblos y en los barrios marginados. Resulta que entrar a esa institución es uno de los pocos caminos de movilidad social para los estratos más bajos de la población. Para estas familias es un orgullo tener un policía en casa. Entonces es importante investigar bien lo que está pasando.


Lo primero que generan estas noticias es desconfianza. Desconfianza en la Institución, en el Director y en los implicados, porque las denuncias se han hecho a través de medios reconocidos por su seriedad. Sin embargo, el enjuiciamiento mediático, tendencia que se ha incrementado últimamente, talvez por la lentitud e ineficiencia de la justicia, o por la prepotencia de los medios y de algunos periodistas, nos debe poner en estado de alerta. Crearse un prestigio y lograr un reconocimiento es tarea de toda una vida, pero perder lo ganado puede ser cuestión de un día, ya sea porque se cometió la falta o porque el enjuiciamiento mediático descontrolado y amarillista da al traste con el honor de un personaje público, sin haber sido sometido a juicio. Está bien denunciar pero sin perder el respeto por el denunciado: hay un ser humano de por medio, con esposa e hijos, como en el caso del General Palomino.


Ahora bien, mis amigos, parece un poco traído de los cabellos y huele a venganza, incluso a complot, que un oficial, después de 17 años, aparezca diciendo en una carta que el General, cuando era teniente coronel y él, teniente, trató de enamorarlo y de pedirle favores sexuales, cosas a las que se negó, dice en su reclamo. Y además, asegura que esa es la razón para que no se le haya dado de baja cuando viene solicitándolo desde hace meses. Ya en las redes y en los corrillos que se arman en todos los rincones del país, no bajan de marica al General, y su prestigio personal está por el suelo, pues a la gente le gusta creer morbosamente en esta clase de cosas. Si lo es, si con tragos “se le moja la canoa”, no es el gran problema pues en la rama judicial, sobre todo en los altos tribunales parece que esto es bien común, al igual que en el mundo del entretenimiento, al igual que entre los jerarcas de la Iglesia Católica y en otras instituciones privadas y públicas.


Eso es penoso y lamentable, pero lo que si sería grave, mis amigos, es que este escándalo llevara a los investigadores a encontrar que la corrupción persiste en la Institución, la cual ha sido depurada varias veces, y que lo que sucedía en época de Roso José Serrano, que se atrevieron a llamarlo, con razón o sin razón, el General Serrucho, lo que sucedió con otro director, supuestamente propietario a través de testaferros, de dos prestigiosos burdeles en Bogotá, o con el Coronel Santoyo, con el supuesto apoyo al paramilitarismo en el gobierno de Uribe, o con el Coronel Royne Chávez, Jefe de Seguridad de Pastrana, condenado por enriquecimiento ilícito, temas ya casi olvidados, sea verdad y siga sucediendo. Eso merecería un nuevo revolcón. Un gran revolcón.

PEDRO PARAMO
13 de diciembre 2015 


EL VICE: 101


Le han aparecido muchos enemigos últimamente, más que de costumbre, y quien sabe si algunos de éstos habrán frotado sus manos de satisfacción, pensando que el susto vivido esta semana por todos sus admiradores, al verlo caer desplomado, cuan largo es, podría ser más que un susto y saliera por doble w de la carrera presidencial del 2018, anticipada como cosa rara en nuestro país. Pero no, fue un susto nada más. Sin embargo, también hay que verlo como una alerta que le hace su cuerpo ante la forma como atenta contra él. Y si, mis amigos, pues hay que hablar de atentados porque ya lleva dos graves (2002 y 2005) y otros amagues, por parte de sus verdaderos enemigos políticos. No tendría sentido que él mismo siguiera atentando contra su vida fumando como loco y tomando tinto como barril sin fondo. Quienes lo conocemos de cerca sabemos que es un trabajador compulsivo, comprometido con lo que se propone, casi psicorígido en el cumplimiento de metas, que se fastidia con la mediocridad e incompetencia (comportamientos que lo hacen muy antipático a veces), enemigo de la corrupción y, por qué no decirlo, de guerrillas, paramilitares y el narcotráfico, particularmente.

Proviene de la más rancia estirpe liberal, nieto de Carlos Lleras Restrepo, presidente de Colombia de 1966 a 1970, uno de los protagonistas del 9 de abril y de la imposición de su sucesor cuando parecía ganar las elecciones el General Rojas Pinilla, según algunos historiadores. El mismo que se atrevió a plantear una Reforma Agraria que si no hubiera sido por el Pacto de Chicoral que firmó Pastrana padre, liquidándola de un plumazo, hubiera cambiado el campo colombiano, las mismas relaciones de poder y tal vez evitado tanto derramamiento de sangre. ¿De ganar Rojas Pinilla, habría aparecido el M19?  ¿Los hijos de la Capitana hubieran cogido ese camino que le ha hecho tanto daño al país? ¿Tendríamos a un Petro gobernando la Capital, o mejor, desgobernándola? ¿Habría habido holocausto en el Palacio de Justicia? El pasado no se puede cambiar mis amigos, pero si reinterpretar.

De ahí proviene German Vargas Lleras, y la cercanía de Luis Carlos Galán con Carlos Lleras los convirtió en grandes amigos en lo personal y en lo político. El Vice estaba a su lado cuando Galán fue baleado tristemente en Soacha aquel trágico día, que nos dolió a tantos. Su perfil político es reformista, como el de Galán, pero también se le cataloga de “Uribista sin Uribe”, después de que se distanciaron por razones similares a las de Santos y Uribe. Ahora hay algunos interesados en distanciar a Vargas Lleras y a Santos, pero el Presidente sabe que su Vice es 101, es decir, un hombre que da el 101% y es su mejor funcionario. Por eso no comparto la perseguidora que le ha montado mi admirado Horacio Serpa, celoso tal vez del predominio que ha alcanzado en Bogotá, ahora que Peñalosa venció a Pardo, destacado alfil del liberalismo. Claro que entre ambos hay muchas historias que los distancian. Todos lo sabemos.

Pero lo bueno es que German Vargas Lleras se levantó, y después de esos quince eternos minutos de inconciencia, dijo aquí estoy y sigo siendo una opción para el 2018. También el Presidente Santos sabe que de fracasar el proceso de paz con las FARC, que podría pasar, se requeriría una mano fuerte para manejar la escalada de violencia que se vendría. Ya se habla de que en un hipotético caso de fracaso de las negociaciones, el Presidente renunciaría para que Vargas Lleras asumiera la presidencia. Ese es el juego mis amigos.


PEDRO PARAMO
8 de Diciembre 2015 

EL GRAN HERMANO


No es del personaje de la novela de George Orwell, publicada en 1984, que tenía un carácter omnipresente y una carga política indudable, y mucho menos del concurso de televisión que hizo famoso el concepto intimidante de la vigilancia permanente, sino del hermano mayor del presidente Santos, del que quiero hablarles hoy, mis amigos. Resulta que Enrique Santos Calderón se ha convertido en el emisario personal de Juan Manuel, y coincidencialmente ha estado omnipresente en todo el proceso de negociación con la guerrilla de las FARC, sin las implicaciones políticas de la novela, pero con resultados políticos a la vista. A algunos no les gusta esta figura de “mensajero”, por llamarlo así, ahora que viajó a la Habana a entrevistarse con Timochenko, para apretarle las tuercas al engranaje de la negociación. El expresidente Uribe ha dicho: “No es ni bueno ni malo, solo que no es institucional. Una cosa es la familia y otra cosa es el gobierno”.

Pero resulta que Enrique, Enriquito, como le decía su padre, ese brillante periodista y editor de EL Tiempo hasta su muerte, con el cual compartí muchas experiencias y secretos en mis primeros años de aventuras periodísticas, él “Don Enrique” y yo el “Chino” Páramo, manteniéndome, eso sí, muy alejado del circulo rosa de “Don Hernando”, no es un simple familiar o compañero de juegos. Enrique es un escritor brillante y el columnista más leído e influyente de Colombia durante los más de treinta años que publicó su columna Contraescape. “Guerrilleros del Chico”, les decían a él, a Daniel Samper Pizano y a Antonio Caballero, por sus devaneos izquierdistas, siendo muy cercanos y contemporáneos de Luis Carlos Galán. “La bragueta más rápida del oeste”, por sus devaneos sexuales, le decían en los corrillos del periódico y en los sitios bohemios que frecuentaba con sus amigos intelectuales o simplemente borrachitos y periqueros que lo rodeaban. Lo cierto es que independientemente de sus adicciones juveniles y de mediana edad, Enrique ha sido un consejero y mediador de paz muy eficaz desde el gobierno de Belisario, incluso en el Caguan de Pastrana y ahora en el de su hermano menor. Sus vínculos con la izquierda democrática lo llevaron a fundar Alternativa en 1974, en compañía de Gabriel García Márquez, Antonio Caballero, Orlando Fals Borda, Jorge Restrepo, José Vicente Katarain y Roberto Pombo, el chino del grupo, hoy director de EL Tiempo y esposo de Juanita Santos, hermana de Pachito, prima de Enrique y Juan Manuel. 

El papel del Gran Hermano, del hermano mayor, ha sido fundamental desde el inicio del primer gobierno de Juan Manuel, pero particularmente desde el segundo, cuando el presidente decidió apostarle todo su capital político a la paz. Ha sido el puente con las guerrillas. Un puente entre la oligarquía capitalina y la insurgencia, gracias a la confianza que despierta Enrique entre los duros del Secretariado, que lo conocen desde hace muchos años. Enrique, fácilmente podría ser puente también con la oligarquía de provincia, que encabeza Álvaro Uribe, y bien valdría la pena que lo intentara pues goza del respeto intelectual de éste. Enrique apoyó a Uribe en sus dos primeros gobiernos, pero eso sí, mis amigos, se aterró ante el nombramiento de su primo Pachito como Vicepresidente, y también se opuso a un tercer mandato, pero siempre valoró las acciones de su gobierno, demostrando su derechización, hastiado tal vez de tanto marxismo-leninismo, de los hermanos Castro, del Chavismo, y para no ir muy lejos, del fracaso de Petro y de los anteriores gobiernos de izquierda de la Capital. Enrique es el Gran Hermano y lo hace bien.

PEDRO PARAMO
25 de noviembre de 2015  



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viernes, 20 de noviembre de 2015

“ALA ES GRANDE”


Usted y yo podríamos haber nacido en Siria, en Irak, Pakistán o en Dubái, pero no, nacimos en Colombia, el país del sagrado corazón, y por eso somos cristianos y no musulmanes. Pero también podríamos haber nacido en los barrios marginales de París, Bruselas o Toronto, donde abundan los musulmanes. Resulta mis amigos que la religión es un asunto cultural y geográfico, sin olvidar los componentes antropológicos, sociológicos y psico-espirituales. Hoy, incluso, tiene un carácter predominantemente geopolítico.

La pregunta es ¿por qué está sucediendo lo que está sucediendo? ¿Esto es nuevo?  Y podríamos decir que no, que no es nuevo, es repetitivo en el tiempo. Basta recordar las guerras religiosas cruentas e inhumanas de otras épocas. ¿Podría alguien pensar que las cruzadas cristianas contra los musulmanes y otros herejes eran paseos de las hermanitas de la caridad? ¿O cree alguien que Saladino los recibía con manjares y mujeres hermosas bailando semidesnudas la danza de los siete velos? No, mis amigos, la crueldad y el odio eran inmensos, como ahora.

Ahora bien, en todas las religiones hay extremistas, particularmente en las que lo político, lo social y lo religioso van unidos, como en el Islam. ISIS (Estado Islámico de Irak y Siria) o EI, como se ha hecho llamar el grupo terrorista de los recientes atentados en Paris, es realmente “DAESH”, un ejército terrorista yihadista. Esta palabra también puede significar “algo que aplastar o pisotear”, “intolerante”, o “el que siembra la discordia”, según nos dicen los expertos traductores árabes, traducción que al grupo terrorista no le gusta y “amenaza con cortarle la lengua a cualquiera que utilice esta palabra”, advierte la prensa parisina, después de que el presidente Francois Hollande la ha usado en su discurso de declaratoria de guerra, luego de los atentados.

“DAESH” reclama un califato para ellos, que son la secta sunita, 85% de los musulmanes del mundo, y por ello se ha tomado parte de Irak y de Siria. El último califato fue el Imperio Otomano, destrozado en la segunda guerra mundial, cuando se lo repartieron Rusia, los EEUU y sus Aliados, de acuerdo con sus intereses económicos. Matan al grito de “Ala es grande”, con un odio total a Occidente, que identifican como el “mal absoluto”. Esta semana han dicho que “van por Roma y su cruz” y que “convertirán la Casa Blanca en negra”, después de incendiarla y hacerla estallar.

Lo cierto es, mis amigos, que la comunidad musulmana internacional, no acepta este enfoque apocalíptico, terrorista y criminal de su religión. Y la verdad es que todas las religiones confluyen en el amor y no en el odio. Recuerdo una oración Sufí, movimiento filosófico muy cercano a mis afectos, y que dice así: 





SALAT (Oración a Dios) 

Benignísimo Señor, Maestro, Mesías,
 Y Salvador de la Humanidad,
 Te saludamos a Ti con toda humildad.
 Tú eres la primera causa y el último efecto,
 La Luz Divina y El Espíritu de Guía,
 Alfa y Omega.

 Tu Luz está en todas tus formas,
 tu Amor en todos los seres,
 en una amorosa madre, en un bondadoso padre,
 en un inocente niño, en un amigo que ayuda,
 y en un maestro inspirador.

Permítenos reconocerte
 en todos tus nombres y formas sagrados: 
Como Rama, como Krisna, como Shiva, como Buda;
 permítenos reconocerte como Abraham, como Salomón,
 como Zarathustra, como Moisés,
 como Jesús, como Mahoma,
 y en muchos otros Nombres y Formas,
 conocidos y desconocidos para el mundo…

 Que el Mensaje de Dios se extienda a lo largo y ancho,
Iluminando y haciendo a toda la humanidad 
como una sola hermandad en la Paternidad de Dios. Amén.



PEDRO PÁRAMO

20 de noviembre 2015

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jueves, 12 de noviembre de 2015

¡¡SIGANME LOS BUENOS!!


Esto de la elección del alcalde Rodolfo me ha tenido muy interesado, mis amigos, no solo por lo que significa para Bucaramanga pues representa el cambio, sino por su parecido a Chespirito, el creador del Chapulín Colorado, que en realidad no es un antihéroe, ni un seudohéroe sino un auténtico héroe. Y que, a pesar de que creíamos que era un comic para niños, en realidad lo era o lo es para adultos, como lo afirmaba el mismo Roberto Gómez Bolaños, pues sus mensajes los dirigía a los grandes. Él decía que escribía para adultos y que en particular lo entendían más los colombianos y argentinos que los mismos mejicanos. Sus razones tendría.

Pero aparte de su parecido físico, en la edad otoñal de ambos protagonistas, hay unos parecidos conceptuales y de comportamiento que vale la pena observar. Rodolfo también es un paladín de la justicia y de la equidad y un enemigo de los malos. Aparentemente el Chapulín no carecía de miedo, sino que lo superaba. Chespirito decía que “el que sin sentir miedo se enfrenta al peligro, es un irresponsable. No un héroe. El que consciente del peligro se enfrenta a él, ese es el héroe”. Y estoy seguro que Rodolfo siente miedo pues se enfrenta al monstruo de la corrupción, uno de los más grandes flagelos de nuestro país. Pero supera el miedo y caza peleas a diestra y siniestra, sin medir sus alcances o consecuencias. Aparece ante la opinión más fuerte de lo que es y se parapeta en su astucia, sabiendo como el Chapulín que no hay astucia que valga ante enemigos tan poderosos. El Chapulín demuestra que no tiene tanta astucia pero le apuesta a la suerte y al empeño. No siempre triunfa. Ojala lo de Rodolfo no dependa de la suerte y los resultados obedezcan más a su empeño y al deseo de los bumangueses de hacer un cambio profundo en las costumbres de la política local. Y ojala triunfe siempre.

Cuando el Chapulin dice: “Siganme los buenos”, sabe que no existen los buenos absolutos, los totalmente buenos. Bueno y malo son conceptos relativos, mis amigos. Prueba de ello es que entre los seguidores más cercanos de Rodolfo no todos son tan buenos y entre los derrotados no todos son tan malos. Por eso Rodolfo debe superar los prejuicios y pisar con pies de plomo para no caer en la cacería de brujas, que solo lleva a odios innecesarios en esta tarea de reconstruir las buenas costumbres en la política. La intolerancia se ha apoderado de todos los ambientes. Se nos dificulta soportar a los que piensan distinto. Incluso nos da trabajo soportar a los que pretenden hacer lo mismo pero de otra forma, decía alguien sabiamente. Y Chespirito, otro de mis grandes filósofos de cabecera, aseguraba que en lo personal había llegado a la conclusión de que “hay dos males que van juntos, muy unidos: la intolerancia y el prejuicio. No existen las cosas puras. Ni el bueno puro, ni el malo puro…Los prejuicios son tremendos”.


Y hay una pregunta que quiero hacer, sin prejuicios mis amigos, seguramente pasándome de atrevido, sobre lo bueno y lo malo. ¿Qué tan bueno y qué tan malo es haber ofrecido vivienda para todos aquellos que votaran por Rodolfo para alcalde, estableciendo un código que le permita a él, identificar a sus votantes y así poder cumplirles? ¿No es eso una compra diferida de votos, además con presupuesto público? ¿Qué pasa con los que no firmaron ese compromiso y que también tienen derecho a subsidios de vivienda por parte del Estado? ¿Solo los veinte mil codificados podrán participar de esos beneficios? ¿Qué es equitativo y qué no lo es? Los derrotados “no contaban con su astucia” Alcalde, pero póngase la mano en el considere y maneje bien el “chipote chillón”, que son muchos los que lo vamos a apoyar en su empeño de cambiar las costumbres políticas indeseables.

PEDRO PARAMO

12 de noviembre 2015

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lunes, 9 de noviembre de 2015

SOBRE LA ESTUPIDEZ


Esta semana la Personería de Bogotá convocó a un dialogo o reflexión sobre la estupidez, y la verdad mis amigos me pareció muy apropiado el tema pues nos estamos comportando como estúpidos en muchos campos. A nivel macro, somos unos estúpidos al no proteger el medio ambiente y al hacer todo lo posible e imposible para que aumente el calentamiento global y terminemos achicharrándonos a la vuelta de pocos años, o lo que es lo mismo, dejándoles a nuestros hijos y nietos un planeta invivible. ¡Qué tristeza!

Hay que ver que el fenómeno del niño no es un simple fenómeno de la naturaleza: es consecuencia del calentamiento global, ni más ni menos. A nivel local o micro, nos está afectando gravemente. Colombia no alcanza a comprender lo que se nos viene, si de verdad en los próximos tres trimestres tenemos que vivir una sequía como la que se está dando en algunas regiones del país y como la que se vislumbra generalizada para principios del 2016. Si nos falta agua y nos falta electricidad, ¿en qué quedamos? ¿No somos estúpidos los colombianos por no ahorrar agua y más bien derrocharla y contaminarla cada vez que podemos?  ¿No son estúpidos los industriales al botar los desechos a los ríos y quebradas, sin tomar las debidas precauciones?  ¿No es estúpido el gobierno por no atreverse a tomar medidas drásticas y anticiparse a la crisis? ¿Qué es lo políticamente correcto? Dicen los expertos del gobierno que “No es conveniente generar pánico innecesario pues se pueden afectar los indicadores económicos y el crecimiento de la economía”. Pero, ¿no es estúpido esperar a cuando ya sea tarde y “pasemos todos muy unidos la crisis”, como dice el Presidente?


Y mis amigos, una de las grandes estupideces que se están dando en este momento es la de las FARC cuando quieren sabotear el proceso de paz al decir ahora que no ha comenzado a correr el reloj de los seis meses, acordados el 23 de septiembre entre Santos y Timochenko, para firmar los acuerdos de paz definitivos. ¿No es estúpido ese juego de cañar, “a que si a que no”, para generar respuestas en la mesa y generar otras cuantas reacciones estúpidas por parte de los amigos de la guerra, que nos recuerdan que las FAR son mentirosas, marrulleras y engañan a la opinión pública, y que además tienen arrodillado al gobierno?  ¿Serán sabios o estúpidos los amigos de Uribe? “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”, decía Albert Einstein.


Pero, siguiendo con la estupidez de nuestros tiempos, miremos lo que está pasando con los triunfadores y derrotados de las últimas elecciones. ¿No es estúpido insultar a todos los derrotados, que también son triunfadores, pues “perder es ganar un poco”, como dice mi filosofo de cabecera? ¿Vale la pena que el nuevo alcalde de Bucaramanga, triunfador absoluto, pero sin concejales que lo apoyen de entrada en el cabildo, arremeta contra todos indiscriminadamente, cuando tiene que gobernar con ellos? ¿No es estúpido pensar que puede gobernar sin el nuevo gobernador, que no es de sus afectos y menos de Leonidas? ¿No es estúpido también despotricar del alcalde saliente cuando él lo ayudó a elegir, financiando generosamente su campaña? Dice que lo traicionó, como Santos a Uribe, pero ¿no es estúpido ese odio visceral entre quienes fueron amigos y tienen muy pocas diferencias ideológicas? “Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis”, decía Michel de Montaigne.

Pero mis amigos “La estupidez insiste siempre”, decía también Albert Camus. Y Francisco de Quevedo remataba inteligentemente: “Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen”. Y yo no lo parezco.

PEDRO PARAMO

5 de noviembre 2015

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EL MAPA NO ES EL TERRITORIO…




El acuerdo de paz está cada vez más cerca, mis amigos. Sin embargo son varios los obstáculos que tienen que vencer los negociadores, de lado y lado. Por el lado del gobierno, hay una oposición fuerte por parte del Centro Democrático que, a pesar de su estruendosa derrota en las últimas elecciones regionales, sigue teniendo una gran importancia a nivel nacional. El liderazgo indudable y la dialéctica del expresidente Uribe sobre la guerra y la paz, aunados al odio visceral al Presidente Santos, por su supuesta traición al iniciar su primer gobierno, hacen que buena parte de los colombianos duden de la conveniencia de un acuerdo con la guerrilla bajo las condiciones que ha planteado el Presidente y las propias condiciones que ha puesto el grupo subversivo. Recuerden que “en la política se hacen falsos amigos y verdaderos enemigos”.

Además de esa oposición está la del Procurador Ordoñez, unas veces valida y legalista pero muchas otras cargada de ponzoña, que tienen que ver más con el fastidio que siente hacia el grupo guerrillero que a una real oposición al gobierno. Una piedra en el zapato, es lo que pretende ser “Monseñor Lefeebvre”. Y curiosamente otro obstáculo es el mismo Fiscal General, supuestamente gobiernista, que con sus aportes muchas veces oportunistas y otras legalistas, crea controversias innecesarias y aparece como auxiliador de la guerrilla, según el mismo “Lefebvre”. Si las cabezas de dos instituciones tan importantes, en lugar de cumplir con su misión, se dedican a la política, tenemos problemas mis amigos. Al Fiscal le quedan tres meses en el cargo, que parecen muy cortos para él y muy largos para muchos. Al Procurador le queda año y medio, que parecen una eternidad para sus malquerientes y suficientes para él en la tarea que parece se ha propuesto de montar su candidatura presidencial para el 2018, con el apoyo del innombrable.

Pero los obstáculos no terminan allí para el gobierno. No señores. Sus propias dudas, arrancones y frenazos, falta de claridad y oportunidad en la socialización de los acuerdos logrados, entre otros pasos en falso, ponen el proceso a caminar sobre terrenos movedizos, cosa que no le hace ningún bien.

Y claro que el mayor obstáculo es el mismo grupo guerrillero que pretende salir muy bien librado, “sin romperse ni mancharse”, de la judicialización de todos sus actos delictivos. Si, mis amigos. No quiere condenas ni verdaderas reparaciones. Menos cárcel. Solo promete decir la verdad y que todos los involucrados digan la verdad. ¡Habrá que verlo y oírlo! Además pretenden que se haga una constituyente, que curiosamente tiene el visto bueno del Centro Democrático, obviamente por distintas razones y con distintas intenciones. Esta semana, un grupo importante de parlamentarios, representantes de todos los partidos políticos, con excepción del Centro Democrático, viajaron a la Habana a tratar de convencer a los representantes de la guerrilla de refrendar los acuerdos con un plebiscito y a instarlos a dejar a un lado su pretensión de realizar una constituyente. Esos encuentros van a incrementarse en la medida en que aumente la búsqueda del consenso entre los partidos de la Unidad Nacional, la izquierda democrática y la izquierda armada. El partido de Uribe nunca estará sentado en la misma mesa. Tampoco la extrema derecha armada. Eso está claro, mis amigos.

Ahora bien, del lado de las FARC también hay grandes obstáculos. Ellos sí tienen coherencia en su discurso pero parece que no tienen el apoyo total de sus bases. Se han identificado varios frentes guerrilleros que no comparten los acuerdos logrados ni la posición de sus superiores, el Secretariado. Eso indica que, una vez se llegue a los acuerdos finales, aparecerá una disidencia que seguirá armada y se convertirá en bacrim, aunque pretendan seguirse llamando FARC en disidencia, como tratarán de hacerlo aparecer.  Es mucho el dinero del narcotráfico, señores, fuente de financiación de la guerrilla, que requiere beneficiarios, administradores y defensores armados, como para pensar que se olvidarán de él. Es mucho el poder que les ha dado el uso de las armas como para pensar que todos sus líderes y todas sus bases quieran desprenderse de ellas.  ¿No les parece?

De lado y lado hay obstáculos, pero tendremos unos acuerdos en marzo del 2016, cuya implementación generará más controversias y otros acuerdos y desacuerdos; otros encuentros y desencuentros. Los obstáculos se irán superando y los acuerdos irán llegando, pero la paz aún nos será esquiva. El acuerdo no es la paz en si, como el mapa no es el territorio. ¡Que quede eso bien claro!   

PEDRO PÁRAMO

2 de noviembre 2015

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EL GOBIERNO DE LOS VIEJOS


Parece que en Colombia ser viejo no es un obstáculo para aspirar a ser elegido y llegar al poder. Prueba de ello, mis amigos, son los resultados electorales de la semana pasada, donde salieron elegidos varios patriarcas que podrían ya haberse jubilado. O mejor aún, que tendrían que haberse jubilado ya, de acuerdo con la opinión de muchos y en particular de algunos geriatras estrictos. Platón en La República defendía el gobierno de los ancianos como el mejor, por aquello de la experiencia, la sabiduría adquirida por el conocimiento y la madurez que supone el paso de los años. Dicho de otra manera, porque “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.  Nuestra historia trae ejemplos de grandes contribuciones al desarrollo de la nación, realizadas por hombres mayores, como también de enormes fracasos causados por la necesidad de ciertos varones electorales de mantenerse aferrados al poder, a pesar del evidente deterioro de su salud mental, emocional y física. Y es que no siempre la gerontocracia es buena para una nación democrática, sin embargo el gobierno de los viejos puede ser exitoso en la medida en que se rodeen de jóvenes tecnócratas que apliquen principios modernos de la administración, sean expertos en planeación y control de proyectos, innovadores en tecnologías de la información y obviamente que sean transparentes, disciplinados y tengan ganas de triunfar.

Un alcalde de 21 años puede ser tan eficaz como uno de 70 setenta, indudablemente, pues todo depende de la articulación que logre entre lo local, lo regional y lo nacional, además del equipo de gobierno que se conforme y del conocimiento de ciudad que tenga no solo el líder sino del que le sumen los miembros de su equipo. De manera, mis amigos, que no tendríamos que preocuparnos en principio por lo que vamos a vivir en ciudades como Bucaramanga y Cali, para hablar únicamente de dos de las principales capitales, donde sus habitantes se decidieron por dos patriarcas, ancianos ellos, empresarios y vitales hombres, dispuestos a corregir lo corregible y trabajar por ciudades más humanas y equitativas. Muchas ganas y pocas canas dicen los críticos de los más jóvenes y muchas canas y pocas ganas dicen los detractores de los más viejos. Con la unión de canas y ganas pueden lograrse buenos resultados. ­ ¿No les parece?

Vemos que la expectativa de vida en Colombia ha aumentado en forma considerable, llegando a 76 años en los hombres y 79 en las mujeres, según el DANE. Cierto que ese es un indicador de desarrollo, pero también es cierto que conseguir empleo después de los 45 es muy difícil para el colombiano promedio, al que ya le entran las canas y le disminuyen las ganas por regla general. Por lo menos eso es lo que creen las agencias de selección de personal o búsqueda de talentos y así lo creen también los empresarios, que prefieren una fuerza laboral joven, entusiasta y económica, ignorando la madurez, experiencia y conocimiento de los mayores, y aun más de los viejos. Contribuir significa “ir con la tribu” y eso no está sucediendo precisamente con las personas mayores, que son desplazadas por los jóvenes solo por ser más “baratos” y también porque se cree que no son adaptables al cambio y difícilmente hacen equipo con los menores e inexpertos.

Lo cierto, mis amigos, es que les hemos dado un empleo y un mandato a los empresarios Rodolfo Hernández en Bucaramanga y a Maurice Armitage en Cali, pensando que envejecer no es necesariamente deteriorarse, y que los queremos como jefes de tribu: maduros, sabios, ponderados, honestos, justos y equitativos, pero con todo el entusiasmo de sus años mozos, capaces de armar buenos equipos, con toda la capacidad de cambio que requieren las ciudades modernas y en continua transformación. También esperamos de ellos que sean incluyentes y promuevan la participación en asuntos de gobierno de hombres mayores, al igual que de los más jóvenes, y que con verdadera sabiduría, que es conocimiento y experiencia, pero con comprensión de esa experiencia, que no es tan fácil, gobiernen bien las ciudades que les entregamos.

PEDRO PARAMO

1 de noviembre 2015

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viernes, 16 de octubre de 2015


…Y LE HICIERON CONEJO



En esta época, intensamente electoral, con las consabidas compraventas de votos y seductoras propuestas, con sorprendentes alianzas y con encuestas que predicen empates técnicos por doquier, vale la pena recordar aquella fabula de autor desconocido por mí, que conocemos desde niños quienes tenemos ancestros paisas y disfrutamos la picaresca de esa pujante región.  Se trata, mis amigos, de la reunión de los animales de la selva para elegir su rey…

Había mucho descontento porque siempre era el león quien los presidía. El tigre, ni corto ni perezoso, había desplegado con sus asesores mucha propaganda negra, buscando desprestigiarlo, apoyado eso si, por la hiena, viejo enemigo de aquel. Porque como dicen los que lo han vivido: “En la política se hacen falsos amigos y verdaderos enemigos” y la hiena era un verdadero enemigo del león.


 Llegado el día de las elecciones, todos los animales comenzaron a votar, uno a uno, como era la costumbre, pasando frente a los jurados que eran la lechuza, la serpiente y precisamente la hiena. Ya por la tarde, muy cerca al cierre de las votaciones, se dieron cuenta de que todos los animales habían ejercido el sagrado derecho, menos el conejo,…y la elección estaba empatada: mitad por el león y mitad por el tigre. Muy ligerito el tigre y la hiena se secretearon… y el candidato salió corriendo “como alma que lleva el diablo” en busca del conejo.

El conejo estaba acostado, haciendo pereza en su cueva.

- ¿Qué le pasa Tío Conejo?, dijo el tigre, ¿Por qué no ha ido a votar si las elecciones están buenísimas?   

- ¡Ah! Tío Tigre, es que estoy muy desalentado, pasando hambre, sin trabajo,…mi mujer me dejó y se llevó todos los chinos.

- No se preocupe Tío Conejo, que eso lo arreglamos. Más bien compóngase y nos vamos a votar.

- ¿Meterme yo esa caminada, con esos calores que están haciendo? Nooo, Tío Tigre, no cuente conmigo. 

El tigre se quedó maquinando qué propuesta le hacía al conejo. Y finalmente le dijo:

-Camine Tío Conejo que yo le consigo un mercadito, mucha mermelada de zanahoria y lo invito a rumbear para que supere la tuza, pero vamos a votar, que eso es muy importante para la democracia. ¿Le gustaría trabajar en una Notaría?

El conejo, que no, que no tenía ánimos, que mejor dejaran las cosas así. Y el tigre que yo lo llevo, que tranquilo, que yo lo monto en mi lomo…

-Bueno Tío Tigre, está bien, pero la condición es que me lleve y me traiga montado, quiero todos los beneficios,...y yo voto por usted.

-Listo Tío Conejo, apure pues que se nos hace tarde…

El conejo se entró a la cueva y salió con sombrero, zamarros y una silla de vaquería. El tigre abrió los ojos espantado y dijo:

-¡Noo, Tío Conejo, ni riesgos que yo me deje poner una silla de montar! ¡Una silla no! ¡Eso si no!

Y el conejo, tranquilo, le dijo que dejaran así, que él no viajaba incómodo. Que si no había silla él no iba.

-¡Bueno, bueno, apure pues, póngame la silla y nos vamos!

El conejo volvió a la cueva y sacó la jáquima y el freno. Cuando el tigre lo vio, pegó el brinco y desaforado le rugió al conejo que estaba loco si creía que le podía poner freno. Casi se lo come.

- ¡No, eso no! ¡Qué humillación!

El conejo se regresó tranquilo a la cueva y se volvió a acostar. El tigre desesperado daba vueltas a la entrada.. y por fin aceptó.

-Yo quiero que me lleve bien montado y que vayamos seguros, dijo el conejo, poniéndose las espuelas.

-¡Nooo, no, ni de fundas Tío Conejo!  Mejor dejemos así…, rugió el tigre.

-Le prometo Tío Tigre que yo no le rastrillo las espuelas. Yo lo trato con mañita ¡Tranquilo!

Aburrido el tigre aceptó, pues se acercaban las cinco de la tarde y se iba a cerrar la elección. Solo fue montarse mis amigos para que el conejo templara las riendas y le rastrillara las espuelas, sin consideración alguna. Y el tigre salió “como alma que lleva el diablo”. Pasaron montes y praderas hasta llegar al bosque, donde los animales vitorearon al conejo con admiración. Este se ajustó el sombrero, soltó el freno y se bajó de la silla con habilidad. Con paso lento y ceremonioso, se acercó a la mesa, donde estaba la lechuza, la serpiente y la hiena. Esta última se frotaba las patas con una sonrisita socarrona…, pero el conejo dijo:

-¡Voto por el león! ¡Al tigre lo dejo para silla!

Y estallaron los aplausos…Y el tigre se desplomó.

Y ahí surgió, amigos míos la expresión tan conocida por todos de “…le hicieron conejo”. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

PEDRO PARAMO

16 de octubre 2015

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domingo, 11 de octubre de 2015

“TIMOCHENKO”




Nacido en Calarcá en 1959, criado en Quinbaya, Quindío, a los 12 años ya formaba parte de la Juventud Comunista (JUCO), gracias a la fuerte influencia de su padre y de su madre en su orientación política. De niño leyó la Biblia de principio a fin, libro que le pareció “de historias bonitas, aunque algunas violentas”. Leyó novelas rosa que descubrió en un baúl donde sus padres guardaban sus secretos, pero allí también se encontró con una colección de libros de José María Vargas Vila, ese tolimense brillante, panfletario radical y hasta anarquista, que además era ateo y enemigo de la Iglesia Católica y de los terratenientes, a los cuales cuestionaba en sus columnas periodísticas y en sus libros. Posteriormente leyó a Marx y a Mao, a quienes considera “pedagógicos” en sus escritos. “De muy fácil lectura”, dice él.  Ahí está la fuente de su ideología y de su inspiración.


A los 17 años, “por convicción” y por algo de “aventura” decidió irse “pal monte”, como se decía en esa época. Sus primeros entrenamientos los recibió en San Juan de Sumapaz, donde conoció a Jacobo Arenas y a “Tirofijo”. Ya eran unos “viejos para él” y se sorprendió de la fortaleza de estos para recorrer cañadas y monte. Igualmente lo sorprendía Cano, su jefe inmediato durante muchos años, quien a pesar de su aparente fragilidad era de una fortaleza increíble pero casi ciego,” pues sin gafas no veía nada”. Timochenko considera que Santos tomó una mala decisión política al atacarlo “con 800 hombres y no menos de 40 aeronaves, entre helicópteros y aviones, para asesinarlo y eliminar a su interlocutor”, cuando ya Cano le había extendido la mano de la paz, según él, después de asumir el cargo de comandante supremo de las FARC. “Si eso no hubiera pasado, ya se habría firmado el acuerdo de paz”, dice él.

Y digo “dice él”, mis amigos, porque este jueves en la noche, Lisandro Duque, Gerente del Canal Capital (“el canal de las minorías”), lo entrevistó en la Habana Cuba, después del acuerdo parcial firmado entre Santos y la guerrilla. Duque, antropólogo como Cano, “amigo suyo”, hombre de izquierda moderada, quien ha tenido reconocimiento nacional e internacional como guionista y director de cine, aprovechó sus contactos para lograr esa primicia, sin forzarlo mucho y más bien mostrando el “ángel” que aún subsiste en el guerrero. Eso le permitió a “Timochenko” mostrar una faceta desconocida de hombre sensible, campechano, con un discurso “greco-quimbaya”, más que “greco-caldense”, este último elitista, según mi amigo Lisandro. 


De niño, Rodrigo Londoño Echeverry, alias “Timoleón Jiménez”, “Timochenko”, le ayudo a su tío a “atender borrachos” en la cantina del pueblo, y ” eso le aburría”. Veía películas mexicanas, como las de Cantinflas, Viruta y Capulina, así como a Ringo y Yango, películas de pistoleros gringos; vio Tiburón y también Estado de Sitio, “película que lo impactó mucho”. Escuchaba a Miguel Aceves Mejía y veía películas de Chaplin, pero también películas colombianas como La Estrategia del Caracol, la Virgen de los Sicarios, Los Niños Invisibles, precisamente una película muy galardonada, dirigida por mi amigo Lisandro Duque, el condescendiente entrevistador.

Pero aparte de esa faceta amable, simpática y bonachona que mostró “Timochenko”, hombre con más de 100 órdenes de captura, condenado a 178 años de cárcel por rebelión, homicidio agravado, secuestro, terrorismo, la toma del municipio de Gigante, Huila, la toma de Mitú, el asesinato de Monseñor Isaías Duarte Cansino y Consuelo Araujo Noguera, “la Cacica”, el reclutamiento de menores, entre otros, además de ser buscado por INTERPOL y su cabeza estar avaluada en cinco millones de dólares por los EEUU, y otro tanto en Colombia, dijo cosas importantes:

“Los revolucionarios no vivimos de odios.”

Si me pongo a pensar en las afrentas, “si me pongo a pensar en eso, ni la mano se la doy”, a Santos.

Hablando de Santos, “tenemos el mismo objetivo los dos: construir un camino que permita la reconciliación”.

“Si estas negociaciones fueran para terminar en la cárcel, no hubiéramos avanzado”.


Y a la pregunta, por fin cuestionadora, de Lisandro, de que los medios dicen que “ustedes se apoderaron de tierras y que ustedes son los terratenientes”, dijo “Timo”, como le decimos en confianza: “Claro que tenemos tierras, cuando en Casa Verde vimos que teníamos mulas y necesitábamos pastos, pues compramos fincas. Pero las fincas de los paras en los llanos son trofeos de guerra” y continuó el máximo comandante de las FARC: “queremos desarrollar allí proyectos productivos cuando hagamos la paz”. “Y estamos dispuestos a decir la verdad”.

Y a la pregunta, también cuestionadora, aunque parezca redundancia, sobre “pedir perdón a las víctimas” dijo: Cuales víctimas, cual perdón, cual llorar, “es una canallada, una cochinada que quieran que les pidamos perdón a las violadas de 4 años hasta 74. Es una matriz inventada. Si fuera cierto les aplicaríamos a los autores consejo de guerra”. Y continúa, “se dan casos aislados, que se cuentan con los dedos de las manos, y terminaron fusilados”.

“La guerra es lo más improductivo que hay”. “Vamos a crear riqueza”. “Mejoremos el nivel de vida de todos”, dijo como político en campaña. Ojala lo veamos dejando y entregando las armas mis amigos. Y añadió que “hay que despenalizar el consumo de la droga” y que “el narcotráfico es un factor de violencia”, vean ustedes. “En la visión de sociedad que tenemos no tiene cabida el narcotráfico. El narcotráfico es factor de retraso, ha atrasado los cambios. Es una visión del mundo que permea la revolución”, reiteró.

“No se puede castigar el delito de la pobreza”…”todos los líderes sociales que estén presos deben salir libres tan pronto hagamos el acuerdo de paz”, remató el Dr. Rodrigo Londoño, ese médico cardiólogo que se formó profesionalmente en la Patricio Lumumba en la antigua Unión Soviética, y militarmente en la antigua Yugoslavia, especializándose en inteligencia y contrainteligencia, especialidades que lo llevaron a la cúpula de las FARC y a ser uno de los pupilos más queridos por “Tirofijo”. Al final dijo, “Timoleón Jimenez”, con una sonrisa amplia y acogedora: “Convirtamos a Bogotá en la capital de la paz”.

Juzguen ustedes mis amigos. Ojala que no hayamos visto un lobo con piel de oveja, que quiere llegar al corazón de los colombianos, pues se nos presentó como un hombre bueno, cosa que propició Lisandro Duque, mi amigo, con mucha condescendencia repito, y seguramente con buenas intenciones.

 PEDRO PARAMO

9 de octubre 2015

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jueves, 8 de octubre de 2015

El “DESLIZ” DE DOS GRANDES


¿Quién no ha tenido un desliz en la vida? Una palabra de más, una mirada de más, una caricia de más, una mala inversión, una mala escogencia de pareja, un mal amigo o amiga, algún acto de violencia incontrolable, un olvido, una mala salida, un mal paso… Son muchas las posibilidades de tener un desliz, realmente. Recuerdo que hacia los 19 años, cuando estudiaba segundo semestre de medicina, carrera que no continué, mi madre contrató a dos negritas chocoanas -una de 16 y otra de 20- para atender a toda la muchachada pues éramos 12, seguidos uno tras otro, con diferencia de un año a lo sumo. La menor era hermosísima, o por lo menos a mí me lo parecía. Recuerden mis amigos que alguien muy sabio dice que “la belleza está en los ojos de quien mira”. Y claro, a esa edad, con todo el desarrollo hormonal en pleno, el filtro con que se mira no es el más preciso. Pero realmente era bella,…es una raza muy bella. Fue “amor a primera vista”: sus faldas muy cortas, sus nalgas firmes, su caminar cadencioso por los corredores, las habitaciones y patios de la casona solariega en que vivíamos, su risa provocativa, adornada de dientes muy grandes y blanquísimos, se confabulaban para que sucediera lo que sucedió. Y eso que la competencia era fuerte: por lo menos había otros seis ojos que competían con los míos. Pero ella se fijó en mí. ¡Cosa grave! Y grave porque vivía en la misma casa, como antes, como en otras épocas. Mirada va, mirada viene, risita va, risita viene, rose va, rose viene… Y pasó, lo que tenía que pasar…

Mi madre que no era boba y cuidaba la manada con ojo avizor, se dio cuenta de los movimientos, captó las vibraciones amorosas, esos devaneos difíciles de ocultar a edad temprana. Un día, una semana después de la llegada de Martina, como se llamaba, llegué de la universidad con los “arrechocitos” alborotados, dispuesto a todo... ¿Y saben qué mis amigos? Ya no estaban las negritas. Mi madre las había despedido. Había tomado una decisión a tiempo, pues de lo contrario, muy seguramente, habría un Pedrito Paramo achocolatado.

Sé que a muchos les hubiera gustado otro final, mejor dicho, que hubiera coronado, y a muchas les parecerá lo mejor, pero mi historia va encaminada a recordar que dos de nuestros grandes hombres no tuvieron una madre avizora o no encontraron obstáculos para lograr darle rienda suelta a las primeras experiencias sexuales. Hoy tenemos a Rodrigo Armando Lara, candidato a alcalde de Neiva, como seguro ganador, hijo extramatrimonial de Rodrigo Lara -desliz de juventud-, el exministro de justicia inmolado por el Cartel de Medellín. Este médico huilense, hijo de la secretaria del Partido en Neiva, parece clonado del original. Cosa que a su hermano nunca le ha gustado, y menos ahora que es el director de Cambio Radical. Se refiere a él como “el homónimo”, con cierto sentimiento y rabiecita. Rodrigo, el próximo alcalde de Neiva, fue educado por su madre y prácticamente no conoció a su padre sino por TV o por los periódicos. Lo vio un par de veces en campaña, sin que pudieran tener una verdadera conversación padre e hijo. Sin embargo, Rodrigo Armando se siente muy orgulloso de ser hijo de uno de los más importantes mártires del narcotráfico y por eso peleó en los estrados judiciales el derecho al apellido, logrando su objetivo años después de la muerte trágica de su padre.

A Luis Alfonso Galán, le sucedió algo similar, solo que contó con el apoyo de Luis Carlos, su padre, desde muy temprano, aunque su madre, una joven y repolluda campesina boyacense, que trabajaba como empleada doméstica en casa de la familia Galán, lo escondió con sus padres hasta los seis años en una finquita en las afueras de Bogotá, creyendo que los Galán se lo quitarían. La verdad es que los abuelos paternos lo protegieron, incluso la esposa de Luis Carlos y los hermanos de éste estuvieron y han estado pendientes de él. Entre padre e hijo sí hubo, en este caso, un dialogo frecuente, que los mantuvo unidos hasta la muerte del caudillo. Sin embargo, un hombre como Galán, excelente padre, excelente hermano, hijo y esposo, que no le tenía miedo a Pablo Escobar, tuvo miedo al qué dirán si reconocía públicamente a su hijo extramatrimonial. Luis Alfonso tuvo que dar una batalla jurídica también para obtener el apellido de su padre, lo cual logró nueve años después de su asesinato. Y resulta que este Galán, no quería estudiar: pensaba que si en su familia materna habían sobrevivido sin estudiar, por qué el no. Error que le ayudaron a corregir sus tíos, quienes veían en él  otra prolongación de Luis Carlos. Hoy Luis Alfonso es abogado de la Libre, especializado en la Javeriana y recibió parte de la herencia de Luis Carlos Galán. No es su clon, como no lo es Juan Manuel ni Carlos Fernando, y si lo es Claudio, hoy cónsul en París, pero lleva con orgullo la misma sangre de uno de los hombres más importantes que ha dado la patria. El trabajo que realiza hoy con víctimas de desplazamiento en el Ministerio del Interior, lo están preparando para cumplir un papel muy importante en el postconflicto. Es mi amigo y sé que no descarta la posibilidad de ser elegido a un cargo público. Lo veremos como Senador en un tiempo no muy remoto. ¿Qué dirán sus hermanos?  También ellos andan celosos. Eso lo se mis amigos. Pero lo que sí creo es que la familia Galán se merece todo el reconocimiento del país, todos los privilegios que han obtenido por elección o por nombramiento, y no merecen los ataques de un columnista que por su odio visceral a Vargas Lleras, ha enfocado sus baterías contra los Galán. Eso será tema de otra columna. En cuanto al desliz de los dos grandes, hay que decir que sucede en las mejores familias. Es la condición humana.


PEDRO PÁRAMO
8 de octubre 2015
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