jueves, 24 de septiembre de 2015


ATEOS, GRACIAS A DIOS



La visita del Papa Francisco a Cuba no tuvo mayores emociones, comenzando porque cero y van tres Papas que visitan la bella, aislada y bloqueada isla. El recibimiento fue muy ordenado, y diría yo que disciplinado, al estilo de los países autocráticos donde el Estado ordena y el pueblo cumple. Banderitas blancas que se agitan al viento y niños que los guardaespaldas le acercan al Papa sistemáticamente para que los bese o los acaricie. ¡Todo fríamente calculado! Y es explicable pues entre 1962 y 1992 (30 años) el Estado cubano fue un estado ateo, donde se prohibían radicalmente las manifestaciones religiosas, particularmente las católicas. Desde el 92 a la fecha (más de 20 años), siendo un estado laico, se prohíbe la enseñanza de cualquier religión en las escuelas, aunque hay “libertad” de cultos, siempre y cuando no contradigan los postulados marxistas leninistas, verdaderos dioses de la revolución comunista.

La religión católica requería de iglesias y ritos manifiestos, que fueron y han sido fáciles de controlar. Sin embargo, esto no fue posible con la Santería o Yoruba, que siguió propagándose indefectiblemente. La Santería se desarrolla en el caribe desde épocas muy antiguas, ya que con la llegada de los esclavos africanos a América se extendió con facilidad, llegando a lo que se ha llamado el “sincretismo”, donde se confunden los santos católicos con los dioses paganos de la Yoruba. Como la religión católica perseguía y rechazaba los ritos de los santeros, estos camuflaron sus dioses en los santos católicos.

La santería ha logrado prevalecer pues el “sincretismo” ha sido una formula muy efectiva: Santa Bárbara es Changó, la Virgen de la Caridad es Oshun, entre otros, y las máximas autoridades son los sacerdotes Babalaos. Estas manifestaciones religiosas solo requieren de pequeños altares en las casas y ritos muy sencillos, que pueden pasar desapercibidos para los esbirros del régimen. Hoy se cree que un 25% de la población es católica, aunque no muy practicante, y el resto se acerca más al “sincretismo” o Santería. 

De manera que no es extraño que después de 50 anos de revolución, los cubanos sean “ateos gracias a dios”, donde el dios es la revolución, es Marx, es Lenin, es Mao. 

Esa expresión de Luis Buñuel, aquel dramaturgo y director de cine español, famoso por películas como “Viridiana”, “El Discreto Encanto de la Burguesía” (premio Oscar), y “Ese oscuro Objeto del Deseo”, entre muchas otras, que me sirve para titular esta columna, tiene origen en su filosofía agnóstica y pesimista cuando nos dice: 

"Imaginemos que el azar no existe y que toda la historia del mundo, hecha bruscamente lógica y comprensible, pudiera resolverse en unas cuantas fórmulas matemáticas. En tal caso, sería necesario creer en Dios, suponer como inevitable la existencia activa de un gran relojero, de un supremo ser organizador."

"Pero Dios, que lo puede todo, ¿no habría podido crear por capricho un mundo entregado al azar? No, nos responden los filósofos. El azar no puede ser una creación de Dios, porque es la negación de Dios. Estos dos términos son antinómicos. Se excluyen mutuamente."

"Carente de fe (y persuadido de que, como todas las cosas, la fe nace a menudo del azar), no veo cómo salir de este círculo. Por eso es por lo que no entro en él. La consecuencia que de ello, extraigo para mi propio uso, es muy sencilla: creer y no creer son la misma cosa. Si se me demostrara ahora mismo la luminosa existencia de Dios, ello no cambiaría estrictamente nada en mi comportamiento. Yo no puedo creer que Dios me vigila sin cesar, que se ocupa de mi salud, de mis deseos, de mis errores. No puedo creer, y en cualquier caso no acepto, que pueda castigarme para toda la eternidad."

"¿Qué soy yo para él? Nada, una sombra de barro. Mi paso es tan rápido que no deja ninguna huella. Soy un pobre mortal, no cuento ni en el espacio ni en el tiempo. Dios no se ocupa de nosotros. Si existe, es como si no existiese. Razonamiento que antaño resumí en esta fórmula: «Soy ateo, gracias a Dios.» Fórmula que sólo en apariencia es contradictoria."

Parodiando a Buñuel, a estas alturas, para los cubanos, da lo mismo creer o no creer en el marxismo leninismo, pensamiento Mao Tse Tung. Es su realidad, es la revolución. Por eso, en su visita, Francisco, el hombre, no paso de ser un Jefe de Estado bien recibido, en forma disciplinada, pero que para muy pocos cubanos es el representante de Dios en la tierra. 

Pedro Páramo

24 de septiembre 2015

martes, 22 de septiembre de 2015


“UNA REQUISA NEGRO”


Magnifica y digna reacción la del negro Carlos Alberto Angulo, cuando los policías lo detuvieron en una calle de Bogotá, al azar según ellos, para requisarlo pues “iba como de prisa”. Seguramente ya le había pasado otras veces y explotó con rabia, con ira contenida, con dignidad, con el orgullo de su raza a flor de piel. Y preguntaba en tono altisonante, palabras más, palabras menos: “!!¿Por qué a mí? ¿Por qué soy negro? ¿No soy un ciudadano como los otros que pasan a mí alrededor y también van de prisa? Eso es lo que me molesta, eso es lo que me enfurece. Voy de prisa porque son las ocho de la mañana y tengo que llegar a mi trabajo, como todos los blancos que pasan por aquí”. Y añadía Carlos Alberto: “No se respeta mi raza, no se recuerda la contribución de la raza negra a la construcción de este país de m…”!! Y Carlos Alberto espera una disculpa de la Policía, aunque cree que nunca llegará.

Y yo me pregunto mis amigos ¿No tendremos que disculparnos todos con esa raza negra, que no es menos del 20% de nuestra población, sin contar con los aportes de sangre a la mayoría que es morena –yo tengo una morena brillante y hermosa en mi casa-, por todos los vejámenes a los que los hemos sometido, por haberlos discriminado toda la vida, y seguir haciéndolo, negándolo eso sí, con la doble moral que nos caracteriza? ¿No tendremos que disculparnos con el Chocó por el abandono en que los hemos tenido a través de la historia? ¿Con Tumaco, con Buenaventura? ¿Con San Andrés y Providencia, donde ni siquiera a raíz del conflicto con Nicaragua los estamos incluyendo con seriedad y credibilidad dentro de nuestra nacionalidad? ¿No es hora de disculparnos con esa Cartagena de los cinturones de miseria, con predominancia negra, a la cual dirigimos nuestras miradas esporádicamente y sobre todo en épocas electorales?

“Dejen jugar a la negra”, titulaba yo una columna hace un tiempo, cuando la animosidad era muy grande contra Piedad Córdoba por su accionar independiente y contestatario en la política nuestra, donde el componente racial y discriminatorio juega un papel importante, sin olvidar sus excesos. ¿Y qué tal que no hubiéramos dejado jugar a Catherine Ibarguen, la joya de la corona colombiana en el atletismo mundial?  ¿Y a Rentería, al Rocky Valdés y al mismo Negro Perea? Y sin ir muy atrás ¿al Tino, a Cuadrado, a Jackson? ¿Y en la cultura a Zapata Olivella, Delia Zapata Olivella, Alejo Duran, Jairo Varela, Joe Arroyo, Toto la Momposina, Petrona Martínez, entre otros muchos? ¿Y qué decir de mis filósofos de cabecera: Maturana (“perder es ganar un poco” y Pambele (“ser rico es mejor que ser pobre”), expresiones que aunque parezcan chiste y algo obvio, implican cosas profundas. Y en la escena internacional ¿a los actores Morgan Freeman, Denzel Washington, Will Smith? ¿A Halle Berry, Beyonce, Rihana, negras hermosas? ¿A personajes de la política mundial como Mandela, Martin Luther King, y al mismo Obama?


Si mis amigos, es una raza bella e inteligente, la que si se le dan oportunidades en plan de equidad, brilla no solo en el deporte y el modelaje, sino también en la política, el arte, la industria, el comercio, la investigación científica… Recuerden no más al científico vinculado a la NASA, Raúl Cuero, quien también fue sometido a “una requisa negro”, por sus compañeros investigadores y por los medios de comunicación, sin razones claras y más bien producto de la envidia y la discriminación. ¿Cómo un negro podía tener éxito en la NASA?

De manera mis amigos, que este episodio viral, como lo llaman ahora, por aparecer en la red miles de veces,  debe llevarnos a reflexionar cómo nos comportamos con los afrodescendientes, aunque ellos prefieren que los llamen negros pues se sienten orgullosos de su raza. ¿O también les pedimos “una requisa negro”?

PEDRO PARAMO
17 de septiembre

    




¡TACTO PRESIDENTE!


Este tema de la frontera con Venezuela se ha convertido en una noticia cotidiana, a la cual nos estamos acostumbrando. Eso nos pasa con frecuencia en Colombia, donde lo mediático tiene tal importancia que es fácil confundirnos cuando dejamos de ver ancianas y niños, cargando sus pocas pertenencias y cruzando el rio, poco profundo afortunadamente, llegando a creer que ya pasó todo. Parece que la reacción del gobierno ha sido tan apropiada, que entonces ya no se muestra el sufrimiento de los desplazados o expulsados por Maduro. Solo vemos carpitas de camping muy organizadas, cual paseo de estudiantes. Ya no se muestra la miseria humana, exacerbada por las acciones despóticas del tirano. Ya no es noticia y no da para la crónica amarillista.

Lo primero que hay que decir es que el Gobierno, con sus instituciones, reaccionó a la altura y eso hay que reconocerlo y valorarlo porque no es lo frecuente. Casi siempre la ayuda es tardía e incompleta en los sitios de desastre o de crisis humanitaria. Un equipo de ejecutivos es lo que hemos visto en Cúcuta y otras poblaciones de la frontera, con muy buenos recursos económicos para administrar la emergencia. ¡Qué bueno Presidente!

Y por otro lado, Maduro se ha quedado con un palmo de narices porque no encontró con quien “darse en la cara marica”.  Ese estilo anglo-sajón de Santos, mis amigos, de “oligarca capitalino bien educado”, dirían algunos, ha dado al traste con la escalada de violencia que quería producir Maduro. Santos se ha aguantado los insultos e impertinencias del payaso de turno que gobierna Venezuela. No hubiera ocurrido lo mismo con Uribe. Hay que recordar la valentía con la que ese ”rufián de barrio”, dirían unos, u “oligarca de provincia”, como dirían otros, enfrentaba a Chávez, ese si hombre temible y con una Venezuela aún rica y medio administrada. A falta de crónicas tristes y ocasionalmente amarillistas, los noticieros nos han vuelto a pasar los enfrentamientos del Senador Uribe, cuando era Presidente y fue retado por Chávez a presentarse en UNASUR. Esa firmeza y carácter con que manejó el encuentro no se puede olvidar. Chávez alterado, casi sin respiración, amenazó con recuperar la Guajira para Venezuela, “territorio que nos quitó Colombia”, si Uribe permitía el establecimiento permanente de bases militares norteamericanas en esa región tal olvidada de Colombia. ¡Qué atrevimiento el del tirano¡ No sabemos qué hubiera pasado de persistir Uribe en esa entrega a los norteamericanos. ¡Nada bueno seguro!

Una vez conocida la estratagema de Maduro y su titiritero, el señor Cabello, para crear ficticiamente el enemigo interno al que hay que golpear -los indocumentados colombianos-  y luego evidenciar el enemigo externo –“la oligarquía colombiana derechista y paramilitar, uribista para más señas y apoyada por el imperio”, según{un ellos, veremos escaramuzas por doquier de los venecos durante todo este periodo preelectoral, que parece le podría dar réditos políticos en las próximas elecciones, que incluso, dicen los expertos no se van a dar.

De manera que ¡Tacto Presidente!, siga así que “no hay maduro que no se pudra ni cabello que no se caiga”, como dice la sabiduría popular. Mantenga los pantalones bien amarrados, pida respeto para usted y los colombianos, pero no se deje alterar por ese experto en propaganda política negra que es Diosdado. Y anticipémonos un poco, porque muy pronto nos sobrevolarán aviones rusos, como en la crisis con Nicaragua, advirtiéndonos que detrás del muñeco hay un oso grande y peludo.

Pedro Paramo

16 de septiembre 2015       

SI YO FUERA CORRUPTO...


La corrupción es uno de los males más graves que sufre nuestro país. De eso no hay duda, y posiblemente sea más grave que la guerrilla, los paramilitares o bacrim, sin contar con que la inequidad es posiblemente la causa raíz de todos nuestros males. La corrupción ha permeado todos los rincones de nuestra sociedad, hasta el punto de que ya no sabemos cuáles son los límites de lo moral o de lo corrupto. Si, mis amigos, lo digo porque en el subconsciente colectivo se ha instalado la idea o sueño del “dinero fácil”. Ya no nos conformamos con apostarle a la lotería sino que hacemos todo lo posible por enriquecernos sea como sea. El “todo se vale” se ha apoderado de nuestras conciencias, llevándonos por caminos muy cuestionables, caminos que se han vuelto costumbre, hábitos y creencias que marcan nuestra cultura. Por eso me he puesto en la tarea de imaginar qué haría si fuera corrupto.

Si yo fuera corrupto, rompería desde muy temprano con mis principios y valores, nacidos y fortalecidos en el seno de mi familia. Eso sería lo primero, para no tener reatos de consciencia. ¡Que pereza! Si no he terminado bachillerato por bajo rendimiento escolar, compraría el título para poder entrar a estudiar derecho, comprando el título también, qué carajo, carrera que me dará muchos dividendos: ¿Cuántas viudas ingenuas e inexpertas caerán en mis manos,…digo, arcas? ¿Cuántos incautos me darían anticipos para adelantarles sus procesos, sin que yo me preocupara por llevarlos a buen término? ¿Cuánto dinero les sacaría para comprar jueces y fiscales, para comprar testigos falsos, para falsificar documentos en notarías, en oficinas de instrumentos públicos, en el Agustín Codazzi, en la Registraduria, en la DIAN,…donde sea y como sea?

Si yo fuera corrupto, buscaría ocupar cargos públicos por nombramiento o por elección popular, que por cualquier lado me permitieran obtener ganancias, ya sea por acción o por omisión. Y si es preciso darle parte de mi sueldo a un político que tome decisiones o tenga influencias para que me nombren, pues “…cuente con eso doctor”. Y si fuera un contratista, “…cuente con el 10, el 30 o el 50%, mi doctor”, no hay problema.  Pero si soy yo el de las influencias, pues yo quiero es estar en donde se toman las decisiones y se manejan los presupuestos, no faltaba más, me aseguraría de que ese empleado o contratista que se gana su platica gracias a mi “generosidad”, me guardara mi parte sin que esos dineros tuvieran que pasar por mis cuentas bancarias. Qué tal guardar unos milloncitos en efectivo, en una caja fuerte que tendría en un apartamento donde “amarro mis vaquitas” con frecuencia. Esas que me mandan mis amigos agradecidos y con las que hacemos bacanales cada vez que celebramos un “triunfo”. ¿Qué tal si mejor los convierto en testaferros y les exijo el pago al retirarme de mi cargo?  Pagos que me harán, “financiándome” mis campañas para nuevas elecciones, por ejemplo, o para épocas de vacas flacas. Es que hay que ser previsivos mis amigos: no todas las elecciones se ganan.

Si yo fuera corrupto, y ya tuviera mucha plata, haría inversiones en finca raíz, construyendo para el Estado vivienda de interés social, incumpliendo los estándares mínimos, “que eso nadie se da cuenta” y “el pobre no reclama ni tiene con qué poner demandas”. Eso sí es negocio, pelados. Y si demandan, pues yo sabría cómo poner la justicia de mi lado. No hay problema. Pero podría buscar también la banca de inversión para atraer incautos, pensionaditos, viudas solitarias e indefensas. Podría crear burbujas y espejismos, no importa, que después me puedo autoexiliar, y declararme perseguido político, y seguir manejando el resultado de mis esfuerzos de toda una vida desde las Islas Caimán. Todo se puede arreglar, ustedes saben.

Pero como no soy corrupto, sí quisiera que mis amigos no lo fueran, estén donde estén, hagan lo que hagan. Y señores y señoras, si creemos que hay uno, por lo menos uno, solo uno, que no lo sea, y quiera representarnos en las próximas elecciones, votemos por él. Y roguemos para que no se corrompa por ese camino tortuoso del ejercicio del “servicio a la patria”.


PEDRO PARAMO
15 de septiembre 2015





lunes, 14 de septiembre de 2015

MADRE LAURA: UNA BUENA HISTORIA


Terminó la semana pasada MADRE LAURA, LA SANTA COLOMBIANA, realización de Caracol, llenando con creces las expectativas de los televidentes, no solo por su buena factura (guion, fotografía, escenarios, vestuario de época, actuaciones…) sino por haber logrado contextualizar la vida de la misionera, canonizada recientemente por el Papa Francisco, a tal punto que logramos vislumbrar la violencia partidista de finales de siglo XIX y de principios del siglo XX, el machismo imperante  o “patriarcado” -también llamado así por los historiadores-, la lucha de la mujer por educarse y adquirir autonomía y respeto en la sociedad, el gamonalismo y la lucha de clases, la discriminación racial –muy marcada en la serie-, además de las virtudes y pecados de la sociedad de la época, no muy distintos a los de la actual, les cuento. Confieso que no soy muy religioso mis amigos, pero como libre pensador soy muy respetuoso de todo lo bueno de las religiones y de aquellos que promueven el culto a Dios, desde cualquier ángulo.

Y les cuento que me enamoré de esta mujer por su verraquera, su persistencia, su convicción, por la entrega total a su misión. No se qué tanto sea verdad y que tanto ficción, pero me atrevo a pensar, por las características del personaje, que la realidad supera a la ficción en este caso. Hay que ver cómo sobrellevaba cada una de las dificultades, con ese espíritu combativo, esa entereza que como se decía en esa época era propia “únicamente de los hombres”. Qué mal comportamiento de la mayoría de los varones que interactuaron con ella, particularmente la de los curas, que con contadas excepciones le hicieron la vida imposible. Que mal parada queda la Iglesia Católica, particularmente sus jerarcas, que cuando vieron el empuje y el crecimiento humano y espiritual de esta mujer, sintieron celos, envidia, rabia…y muchos otros bajos instintos, no muy propios de quienes usan  hábitos y fungen como intermediarios con Dios. No creo que el Canal, la producción y dirección, se hubiera propuesto mostrarnos aspectos tan relevantes de la vida de la Santa, distorsionando el comportamiento de curas y jerarcas en su relación con ella. Sé que se documentaron muy bien pues tengo familiares y amigos cercanos entre las altas directivas del Canal.

Francisco, el Papa del “recen por mí”, del perdón a aquellas mujeres que hayan abortado, del respeto por las parejas gay, del énfasis en el apoyo a los más pobres y en particular a los niños, el defensor del medio ambiente, aquel que quiere revolcar las finanzas del Vaticano para sacarlo de la corrupción que lo ha permeado, ese mismo que quiere sacar a la Iglesia del acartonamiento y de los vicios de pederastia que se han vuelto pan de todos los días entre religiosos y jerarcas, tiene que sentirse muy satisfecho de haber canonizado a esa impresionante mujer que dedicó su vida a la educación de los indígenas y negritudes, comunidades ignoradas por el Estado y por la Iglesia, incorporándolos a la sociedad o por lo menos tratándolos como a seres humanos y no como animales sin alma.
    
Pionera en muchos aspectos, resultó nuestra Madre Laura. Como defensora de los derechos de la mujer puso la vara alta. Como educadora, propició la educación igualitaria para hombres y mujeres. Como líder social, se impuso a las jerarquías de la Iglesia Católica para llegar a donde no habían querido o podido llegar los curas flojos y contemplados, que parece eran la mayoría en su época, abriendo caminos a comunidades abandonadas e ignoradas, alfabetizándolos, enseñándoles a salir de la pobreza y a defenderse de gamonales y terratenientes que querían robar sus tierras. Bueno, una golondrina no hace verano, pensarán ustedes, pero miren que al morir Laura, su comunidad tenía cerca de 400 lauritas, como cariñosamente se les llamó y se les llama aún. Antioquia y particularmente Jericó, tienen que sentirse muy orgullosos de la santa colombiana. Que buena serie mis amigos. Felicitaciones al Canal Caracol.

PEDRO PARAMO
5 de septiembre 2015  

   

MADURO: UN TRAIDOR A LA PATRIA


Después de un breve autoexilio de dos años, en los que me desempeñé como cónsul de Colombia en Japón y en la India, regreso a esta columna con beneplácito de mi amigo y alter ego Rafael Serrano, director de este periódico.  Nadie sabe lo que se siente cuando se pisa nuevamente tierra colombiana, después de vivir experiencias en tierras extrañas, pero al mismo tiempo acogedoras si uno se lo propone, sino cuando lo vive en carne propia. Me impresionó mucho la vida en Tokio, cómo una cultura milenaria como la japonesa ha evolucionado tanto en el campo tecnológico pero también en el comportamiento cotidiano de su gente. Ya les traeré en próxima columna comentarios, por ejemplo, sobre cómo se vive la sexualidad en el país del sol naciente, para que todos se sorprendan. Y de la India, la patria del Mahatma, hay muchas cosas por contar. País admirable, lleno de contrastes, que se ha convertido en un coloso mundial, con un crecimiento similar al de China, pero con unos índices de pobreza impresionantes, debido a su sistema de castas, claramente notorio al caminar por los malecones del Ganges en Varanasi o los mercados en Delhi.

Pero bueno, mis amigos, habrá oportunidad de regresar a estos temas más adelante. Por ahora, y para entrar en materia, déjenme decirles que ese grandote que gobierna Venezuela es un traidor a la patria. Si señores, ese colombiano que se les coló a nuestros hermanos venecos y encantó a su deschavetado patrón por muchos años, hoy se ha convertido en dictador de Venezuela y persigue colombianos a diestra y siniestra, seguramente para negar su origen, matar sus demonios de infancia y reafirmarse en su país cuando su dictadura está a punto de colapsar. ¿Qué tal que José, el famoso José de La Biblia, que se les coló también a los egipcios y se volvió el preferido del faraón, se hubiera puesto a perseguir a sus propios hermanos judíos? No hubiera sido José, sino cualquier otro Nicolás Maduro.

Me pregunto cómo a un hombre nacido en Cúcuta, de madre colombiana y padre colombo-venezolano, criado en sus primeros años en la hermosa Ocaña, de origen humilde como todos esos colombianos que han sido perseguidos, acosados, humillados por su guardia pretoriana, se le ocurrió hacer lo que está haciendo. Y no encuentro otra razón que las malas influencias, “las malas amistades”, como diría mi madre. Es que ser amigo de Diosdado y estar sometido a él, es más grave que haber sido ungido por el faraón como su sucesor, sin tener el liderazgo, la preparación ni el carisma requeridos para gobernar un país. Este personaje, presidente de la Asamblea o Congreso Bolivariano, es acusado por la DEA y por otros organismos policiales de orden internacional, de encabezar uno de los carteles más poderosos del tráfico de drogas en el mundo. Además de ser el titiritero que mueve las cuerdas del poder, detrás del trono, es más zorro y ambicioso que cualquiera: un gran capo. Como será de peligroso que el mismo Chaves trató de zafarse de él antes de morir, sin lograrlo, quedándole el camino libre para tomarse el poder, apoyado por el ejército, del cual proviene, por la guardia nacional y la temible PJ, además de los grupos paramilitares o “colectivos” civiles armados, creados por Chaves como milicias bolivarianas para defender su soñada revolución, para defender el socialismo del siglo XXI, modelo que no ha funcionado y que por el contrario tiene empeñada a Venezuela al coloso Chino. Un préstamo esta semana de 5.000 millones de dólares que incrementa la deuda con ese país, quedando ya en 55.000 millones de dólares, es el indicador más alarmante para nuestros hermanos venezolanos, además de una inflación superior al 30 %, que ha llegado hasta el 60%, sin contar la deuda con Rusia.

Mucho petróleo tendrá que fluir, desde los ricos posos venezolanos a los grandes buques chinos y rusos, durante muchísimos años, antes de que las deudas se paguen.  Y se pueden volver impagables pues los préstamos continuarán para mantener la liquidez de un estado fallido, de una revolución fallida. Y pensar que los precios del petróleo seguirán bajando para frustración de los productores. Y la mala noticia es que la caída del régimen no será la solución económica para Venezuela, pues si la oposición llega al poder, se encontrará con este pasivo que impedirá el crecimiento por varias generaciones. De manera pues que el muñeco que cree gobernar Venezuela, atropella colombianos humildes y quiere trompearse con Uribe, es apenas un oso de peluche que sigue las orientaciones del Zorro Cabello. Es un traidor a la patria.

PEDRO PARAMO

4 de septiembre 2015