lunes, 9 de noviembre de 2015

SOBRE LA ESTUPIDEZ


Esta semana la Personería de Bogotá convocó a un dialogo o reflexión sobre la estupidez, y la verdad mis amigos me pareció muy apropiado el tema pues nos estamos comportando como estúpidos en muchos campos. A nivel macro, somos unos estúpidos al no proteger el medio ambiente y al hacer todo lo posible e imposible para que aumente el calentamiento global y terminemos achicharrándonos a la vuelta de pocos años, o lo que es lo mismo, dejándoles a nuestros hijos y nietos un planeta invivible. ¡Qué tristeza!

Hay que ver que el fenómeno del niño no es un simple fenómeno de la naturaleza: es consecuencia del calentamiento global, ni más ni menos. A nivel local o micro, nos está afectando gravemente. Colombia no alcanza a comprender lo que se nos viene, si de verdad en los próximos tres trimestres tenemos que vivir una sequía como la que se está dando en algunas regiones del país y como la que se vislumbra generalizada para principios del 2016. Si nos falta agua y nos falta electricidad, ¿en qué quedamos? ¿No somos estúpidos los colombianos por no ahorrar agua y más bien derrocharla y contaminarla cada vez que podemos?  ¿No son estúpidos los industriales al botar los desechos a los ríos y quebradas, sin tomar las debidas precauciones?  ¿No es estúpido el gobierno por no atreverse a tomar medidas drásticas y anticiparse a la crisis? ¿Qué es lo políticamente correcto? Dicen los expertos del gobierno que “No es conveniente generar pánico innecesario pues se pueden afectar los indicadores económicos y el crecimiento de la economía”. Pero, ¿no es estúpido esperar a cuando ya sea tarde y “pasemos todos muy unidos la crisis”, como dice el Presidente?


Y mis amigos, una de las grandes estupideces que se están dando en este momento es la de las FARC cuando quieren sabotear el proceso de paz al decir ahora que no ha comenzado a correr el reloj de los seis meses, acordados el 23 de septiembre entre Santos y Timochenko, para firmar los acuerdos de paz definitivos. ¿No es estúpido ese juego de cañar, “a que si a que no”, para generar respuestas en la mesa y generar otras cuantas reacciones estúpidas por parte de los amigos de la guerra, que nos recuerdan que las FAR son mentirosas, marrulleras y engañan a la opinión pública, y que además tienen arrodillado al gobierno?  ¿Serán sabios o estúpidos los amigos de Uribe? “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”, decía Albert Einstein.


Pero, siguiendo con la estupidez de nuestros tiempos, miremos lo que está pasando con los triunfadores y derrotados de las últimas elecciones. ¿No es estúpido insultar a todos los derrotados, que también son triunfadores, pues “perder es ganar un poco”, como dice mi filosofo de cabecera? ¿Vale la pena que el nuevo alcalde de Bucaramanga, triunfador absoluto, pero sin concejales que lo apoyen de entrada en el cabildo, arremeta contra todos indiscriminadamente, cuando tiene que gobernar con ellos? ¿No es estúpido pensar que puede gobernar sin el nuevo gobernador, que no es de sus afectos y menos de Leonidas? ¿No es estúpido también despotricar del alcalde saliente cuando él lo ayudó a elegir, financiando generosamente su campaña? Dice que lo traicionó, como Santos a Uribe, pero ¿no es estúpido ese odio visceral entre quienes fueron amigos y tienen muy pocas diferencias ideológicas? “Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis”, decía Michel de Montaigne.

Pero mis amigos “La estupidez insiste siempre”, decía también Albert Camus. Y Francisco de Quevedo remataba inteligentemente: “Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen”. Y yo no lo parezco.

PEDRO PARAMO

5 de noviembre 2015

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