lunes, 9 de noviembre de 2015

EL MAPA NO ES EL TERRITORIO…




El acuerdo de paz está cada vez más cerca, mis amigos. Sin embargo son varios los obstáculos que tienen que vencer los negociadores, de lado y lado. Por el lado del gobierno, hay una oposición fuerte por parte del Centro Democrático que, a pesar de su estruendosa derrota en las últimas elecciones regionales, sigue teniendo una gran importancia a nivel nacional. El liderazgo indudable y la dialéctica del expresidente Uribe sobre la guerra y la paz, aunados al odio visceral al Presidente Santos, por su supuesta traición al iniciar su primer gobierno, hacen que buena parte de los colombianos duden de la conveniencia de un acuerdo con la guerrilla bajo las condiciones que ha planteado el Presidente y las propias condiciones que ha puesto el grupo subversivo. Recuerden que “en la política se hacen falsos amigos y verdaderos enemigos”.

Además de esa oposición está la del Procurador Ordoñez, unas veces valida y legalista pero muchas otras cargada de ponzoña, que tienen que ver más con el fastidio que siente hacia el grupo guerrillero que a una real oposición al gobierno. Una piedra en el zapato, es lo que pretende ser “Monseñor Lefeebvre”. Y curiosamente otro obstáculo es el mismo Fiscal General, supuestamente gobiernista, que con sus aportes muchas veces oportunistas y otras legalistas, crea controversias innecesarias y aparece como auxiliador de la guerrilla, según el mismo “Lefebvre”. Si las cabezas de dos instituciones tan importantes, en lugar de cumplir con su misión, se dedican a la política, tenemos problemas mis amigos. Al Fiscal le quedan tres meses en el cargo, que parecen muy cortos para él y muy largos para muchos. Al Procurador le queda año y medio, que parecen una eternidad para sus malquerientes y suficientes para él en la tarea que parece se ha propuesto de montar su candidatura presidencial para el 2018, con el apoyo del innombrable.

Pero los obstáculos no terminan allí para el gobierno. No señores. Sus propias dudas, arrancones y frenazos, falta de claridad y oportunidad en la socialización de los acuerdos logrados, entre otros pasos en falso, ponen el proceso a caminar sobre terrenos movedizos, cosa que no le hace ningún bien.

Y claro que el mayor obstáculo es el mismo grupo guerrillero que pretende salir muy bien librado, “sin romperse ni mancharse”, de la judicialización de todos sus actos delictivos. Si, mis amigos. No quiere condenas ni verdaderas reparaciones. Menos cárcel. Solo promete decir la verdad y que todos los involucrados digan la verdad. ¡Habrá que verlo y oírlo! Además pretenden que se haga una constituyente, que curiosamente tiene el visto bueno del Centro Democrático, obviamente por distintas razones y con distintas intenciones. Esta semana, un grupo importante de parlamentarios, representantes de todos los partidos políticos, con excepción del Centro Democrático, viajaron a la Habana a tratar de convencer a los representantes de la guerrilla de refrendar los acuerdos con un plebiscito y a instarlos a dejar a un lado su pretensión de realizar una constituyente. Esos encuentros van a incrementarse en la medida en que aumente la búsqueda del consenso entre los partidos de la Unidad Nacional, la izquierda democrática y la izquierda armada. El partido de Uribe nunca estará sentado en la misma mesa. Tampoco la extrema derecha armada. Eso está claro, mis amigos.

Ahora bien, del lado de las FARC también hay grandes obstáculos. Ellos sí tienen coherencia en su discurso pero parece que no tienen el apoyo total de sus bases. Se han identificado varios frentes guerrilleros que no comparten los acuerdos logrados ni la posición de sus superiores, el Secretariado. Eso indica que, una vez se llegue a los acuerdos finales, aparecerá una disidencia que seguirá armada y se convertirá en bacrim, aunque pretendan seguirse llamando FARC en disidencia, como tratarán de hacerlo aparecer.  Es mucho el dinero del narcotráfico, señores, fuente de financiación de la guerrilla, que requiere beneficiarios, administradores y defensores armados, como para pensar que se olvidarán de él. Es mucho el poder que les ha dado el uso de las armas como para pensar que todos sus líderes y todas sus bases quieran desprenderse de ellas.  ¿No les parece?

De lado y lado hay obstáculos, pero tendremos unos acuerdos en marzo del 2016, cuya implementación generará más controversias y otros acuerdos y desacuerdos; otros encuentros y desencuentros. Los obstáculos se irán superando y los acuerdos irán llegando, pero la paz aún nos será esquiva. El acuerdo no es la paz en si, como el mapa no es el territorio. ¡Que quede eso bien claro!   

PEDRO PÁRAMO

2 de noviembre 2015

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