lunes, 18 de diciembre de 2017

ORO Y ESPECULACIÓN II

He dicho en mi anterior columna que el oro es un negocio especulativo y lo he demostrado con hechos y cifras. Podríamos decir que hoy Minesa vale en el mundo especulativo del oro 13.400 millones de dólares, cifra en bruto, pues ese es el valor de 9 millones de onzas, que va a extraer con el modelo de minería de socavón, a 1.490 dólares la onza, precio promedio del oro, teniendo en cuenta que en enero de 2013 estaba a 1.690 dólares y hoy está a 1.290 la onza troy.

¿Qué cuanto tiene que invertir, mis amigos, la minera árabe para extraer ese oro? Por lo menos 3.000 millones de dólares, solo en construcción de la mina, y pagar impuestos, regalías, transporte, proveedores, salarios, inversión social y ambiental… durante todos los años de explotación, por los 15 o 20 años que dicen podrían hacerlo. Eso significa mucho dinero y oportunidades de desarrollo para la región, independientemente de que las regalías sean bajas para lo que deberían ser. 

Ahora bien, ¿puede demostrar Minesa que no hará el daño ambiental que dicen los ambientalistas fundamentalistas, enemigos per se de la minería? ¿Podremos en Bucaramanga recibir el agua proveniente del páramo de Santurban, hoy delimitado, distante de la mina proyectada, pero que indudablemente hay que proteger? La campaña antiminería antes cuestionaba el uso del mercurio en la minería artesanal y del cianuro en la industrial. Ahora, cuando Minesa descarta por completo el mercurio y el cianuro, los fundamentalistas del medio ambiente nos hablan entonces de arsénico, ácido sulfúrico, uranio y otros tantos productos minerales y químicos, para fustigar el proyecto…

El tema, entonces, se ha vuelto político otra vez. El gobierno quiso poner a marchar la locomotora minera y realmente no lo logró. Sin embargo la minería es importante particularmente en Antioquia, la costa caribe y Boyacá. Estando ya en un año electoral, con elecciones presidenciales y de Congreso a la vuelta de la esquina, no es extraño ver a Claudia Lopez, Jorge Robledo, Iván Cepeda, Leonidas Gómez y al mismo alcalde Rodolfo, promoviéndola y participando en la “marcha del agua”. Muy oportuno mis amigos. Eso sí, Petro se excusó por tener otra agenda pero todos sabemos que la Alianza Verde y el Polo no lo quieren cerca.  Que fueron 15 mil o cien mil, no lo sabemos. La cifra está en el mundo de las especulaciones. Es el juego también de la política.


Si nos ponen a escoger entre el oro y el agua, tendremos que escoger el agua. ¿Pero si se demuestra que el agua y la minería son compatibles, como en Antioquia y otras partes del mundo?

PEDRO PARAMO
21 de octubre 2017


ORO Y ESPECULACIÓN I

Una marcha multitudinaria ¿15 mil o 100 mil personas? contra la minería en Soto Norte nos ha puesto a pensar nuevamente sobre las ventajas o desventajas de un proyecto como el que plantea Minesa (Minera de Santander), hoy con capital árabe, pues pertenece a Mubadala, fondo de los emiratos árabes, después de haber pasado por manos de colombianos, canadienses y brasileros. 

Recuerden mis amigos que ya les había contado la historia de cómo la mina de La Bodega llegó a manos de los árabes: una familia Gelvez, santandereana, de California Santander, pueblo minero desde antes de la Colonia, venía explotando artesanalmente y luego con algo de tecnología, una mina cuya riqueza apenas si se vislumbraba pues nunca fue explorada con las técnicas modernas de perforación, ni geofísica y geoquímica, pero sobre la cual mi amigo el geólogo canadiense Antony Spat, fallecido más bien recientemente, quien caminó palmo a palmo la región, llegando hasta el gran Santurban, si sabía de su gran potencial.  Por eso trató de que fuera adquirida por la antigua Greystar, hoy Eco Oro, que tiene pleito millonario con el Estado después de negarle la licencia al proyecto Angostura. Eso no fue posible pues la familia santandereana pedía nueve millones de dólares, suma que parecía excesiva en ese momento para los canadienses. Sin embargo apareció un comprador más avezado, Ventana Gold, que logró un acuerdo inicial, que como se demostraría más adelante resultó leonino, teniendo que pagar 48 millones de dólares por La Bodega.  Pero como el negocio del oro es especulativo, por fuera o por dentro de las bolsas de valores, apareció Ike Batista, el otrora magnate brasilero, propietario de AUX, comprando dicha mina por 1.500 millones de dólares, parte en efectivo y parte en acciones de otros negocios como carbón y petróleo. ¡!!Habrase visto¡¡¡ ¿Y sin que Colombia se beneficiara de tales transacciones?

Los negocios de Batista se desinflaron, el magnate se quebró, y finalmente La Bodega quedó por carambola en poder de Mubadala, fondo del gobierno de Abu Dabi, uno de los emiratos árabes. Mis fuentes de alta fidelidad me dicen que la recibió por 500 millones de dólares, no más. Todo lo de Batista se desinfló, mis amigos. Y no era para menos, sigue enredado en sus líos judiciales.  ¿No es el oro un negocio especulativo?

PEDRO PÁRAMO

12 de octubre 2017

martes, 15 de diciembre de 2015

PALOMINO


Los escándalos nunca han sido ajenos a la Policía Nacional, ya sea por corrupción, abuso de autoridad, narcotráfico, enriquecimiento ilícito y otros tantos males, que también se dan en muchas instituciones del Estado. Valga decirlo. Pero es que esta es la institución que nos cuida de los malos, mis amigos. Cuando un niño pequeño le dice a sus padres que cuando sea grande quiere ser policía, bombero o doctor, es porque lo considera algo grande, algo maravilloso. Y en Colombia son muchos los niños que quieren ser policías cuando grandes, sobre todo en los pueblos y en los barrios marginados. Resulta que entrar a esa institución es uno de los pocos caminos de movilidad social para los estratos más bajos de la población. Para estas familias es un orgullo tener un policía en casa. Entonces es importante investigar bien lo que está pasando.


Lo primero que generan estas noticias es desconfianza. Desconfianza en la Institución, en el Director y en los implicados, porque las denuncias se han hecho a través de medios reconocidos por su seriedad. Sin embargo, el enjuiciamiento mediático, tendencia que se ha incrementado últimamente, talvez por la lentitud e ineficiencia de la justicia, o por la prepotencia de los medios y de algunos periodistas, nos debe poner en estado de alerta. Crearse un prestigio y lograr un reconocimiento es tarea de toda una vida, pero perder lo ganado puede ser cuestión de un día, ya sea porque se cometió la falta o porque el enjuiciamiento mediático descontrolado y amarillista da al traste con el honor de un personaje público, sin haber sido sometido a juicio. Está bien denunciar pero sin perder el respeto por el denunciado: hay un ser humano de por medio, con esposa e hijos, como en el caso del General Palomino.


Ahora bien, mis amigos, parece un poco traído de los cabellos y huele a venganza, incluso a complot, que un oficial, después de 17 años, aparezca diciendo en una carta que el General, cuando era teniente coronel y él, teniente, trató de enamorarlo y de pedirle favores sexuales, cosas a las que se negó, dice en su reclamo. Y además, asegura que esa es la razón para que no se le haya dado de baja cuando viene solicitándolo desde hace meses. Ya en las redes y en los corrillos que se arman en todos los rincones del país, no bajan de marica al General, y su prestigio personal está por el suelo, pues a la gente le gusta creer morbosamente en esta clase de cosas. Si lo es, si con tragos “se le moja la canoa”, no es el gran problema pues en la rama judicial, sobre todo en los altos tribunales parece que esto es bien común, al igual que en el mundo del entretenimiento, al igual que entre los jerarcas de la Iglesia Católica y en otras instituciones privadas y públicas.


Eso es penoso y lamentable, pero lo que si sería grave, mis amigos, es que este escándalo llevara a los investigadores a encontrar que la corrupción persiste en la Institución, la cual ha sido depurada varias veces, y que lo que sucedía en época de Roso José Serrano, que se atrevieron a llamarlo, con razón o sin razón, el General Serrucho, lo que sucedió con otro director, supuestamente propietario a través de testaferros, de dos prestigiosos burdeles en Bogotá, o con el Coronel Santoyo, con el supuesto apoyo al paramilitarismo en el gobierno de Uribe, o con el Coronel Royne Chávez, Jefe de Seguridad de Pastrana, condenado por enriquecimiento ilícito, temas ya casi olvidados, sea verdad y siga sucediendo. Eso merecería un nuevo revolcón. Un gran revolcón.

PEDRO PARAMO
13 de diciembre 2015 


EL VICE: 101


Le han aparecido muchos enemigos últimamente, más que de costumbre, y quien sabe si algunos de éstos habrán frotado sus manos de satisfacción, pensando que el susto vivido esta semana por todos sus admiradores, al verlo caer desplomado, cuan largo es, podría ser más que un susto y saliera por doble w de la carrera presidencial del 2018, anticipada como cosa rara en nuestro país. Pero no, fue un susto nada más. Sin embargo, también hay que verlo como una alerta que le hace su cuerpo ante la forma como atenta contra él. Y si, mis amigos, pues hay que hablar de atentados porque ya lleva dos graves (2002 y 2005) y otros amagues, por parte de sus verdaderos enemigos políticos. No tendría sentido que él mismo siguiera atentando contra su vida fumando como loco y tomando tinto como barril sin fondo. Quienes lo conocemos de cerca sabemos que es un trabajador compulsivo, comprometido con lo que se propone, casi psicorígido en el cumplimiento de metas, que se fastidia con la mediocridad e incompetencia (comportamientos que lo hacen muy antipático a veces), enemigo de la corrupción y, por qué no decirlo, de guerrillas, paramilitares y el narcotráfico, particularmente.

Proviene de la más rancia estirpe liberal, nieto de Carlos Lleras Restrepo, presidente de Colombia de 1966 a 1970, uno de los protagonistas del 9 de abril y de la imposición de su sucesor cuando parecía ganar las elecciones el General Rojas Pinilla, según algunos historiadores. El mismo que se atrevió a plantear una Reforma Agraria que si no hubiera sido por el Pacto de Chicoral que firmó Pastrana padre, liquidándola de un plumazo, hubiera cambiado el campo colombiano, las mismas relaciones de poder y tal vez evitado tanto derramamiento de sangre. ¿De ganar Rojas Pinilla, habría aparecido el M19?  ¿Los hijos de la Capitana hubieran cogido ese camino que le ha hecho tanto daño al país? ¿Tendríamos a un Petro gobernando la Capital, o mejor, desgobernándola? ¿Habría habido holocausto en el Palacio de Justicia? El pasado no se puede cambiar mis amigos, pero si reinterpretar.

De ahí proviene German Vargas Lleras, y la cercanía de Luis Carlos Galán con Carlos Lleras los convirtió en grandes amigos en lo personal y en lo político. El Vice estaba a su lado cuando Galán fue baleado tristemente en Soacha aquel trágico día, que nos dolió a tantos. Su perfil político es reformista, como el de Galán, pero también se le cataloga de “Uribista sin Uribe”, después de que se distanciaron por razones similares a las de Santos y Uribe. Ahora hay algunos interesados en distanciar a Vargas Lleras y a Santos, pero el Presidente sabe que su Vice es 101, es decir, un hombre que da el 101% y es su mejor funcionario. Por eso no comparto la perseguidora que le ha montado mi admirado Horacio Serpa, celoso tal vez del predominio que ha alcanzado en Bogotá, ahora que Peñalosa venció a Pardo, destacado alfil del liberalismo. Claro que entre ambos hay muchas historias que los distancian. Todos lo sabemos.

Pero lo bueno es que German Vargas Lleras se levantó, y después de esos quince eternos minutos de inconciencia, dijo aquí estoy y sigo siendo una opción para el 2018. También el Presidente Santos sabe que de fracasar el proceso de paz con las FARC, que podría pasar, se requeriría una mano fuerte para manejar la escalada de violencia que se vendría. Ya se habla de que en un hipotético caso de fracaso de las negociaciones, el Presidente renunciaría para que Vargas Lleras asumiera la presidencia. Ese es el juego mis amigos.


PEDRO PARAMO
8 de Diciembre 2015 

EL GRAN HERMANO


No es del personaje de la novela de George Orwell, publicada en 1984, que tenía un carácter omnipresente y una carga política indudable, y mucho menos del concurso de televisión que hizo famoso el concepto intimidante de la vigilancia permanente, sino del hermano mayor del presidente Santos, del que quiero hablarles hoy, mis amigos. Resulta que Enrique Santos Calderón se ha convertido en el emisario personal de Juan Manuel, y coincidencialmente ha estado omnipresente en todo el proceso de negociación con la guerrilla de las FARC, sin las implicaciones políticas de la novela, pero con resultados políticos a la vista. A algunos no les gusta esta figura de “mensajero”, por llamarlo así, ahora que viajó a la Habana a entrevistarse con Timochenko, para apretarle las tuercas al engranaje de la negociación. El expresidente Uribe ha dicho: “No es ni bueno ni malo, solo que no es institucional. Una cosa es la familia y otra cosa es el gobierno”.

Pero resulta que Enrique, Enriquito, como le decía su padre, ese brillante periodista y editor de EL Tiempo hasta su muerte, con el cual compartí muchas experiencias y secretos en mis primeros años de aventuras periodísticas, él “Don Enrique” y yo el “Chino” Páramo, manteniéndome, eso sí, muy alejado del circulo rosa de “Don Hernando”, no es un simple familiar o compañero de juegos. Enrique es un escritor brillante y el columnista más leído e influyente de Colombia durante los más de treinta años que publicó su columna Contraescape. “Guerrilleros del Chico”, les decían a él, a Daniel Samper Pizano y a Antonio Caballero, por sus devaneos izquierdistas, siendo muy cercanos y contemporáneos de Luis Carlos Galán. “La bragueta más rápida del oeste”, por sus devaneos sexuales, le decían en los corrillos del periódico y en los sitios bohemios que frecuentaba con sus amigos intelectuales o simplemente borrachitos y periqueros que lo rodeaban. Lo cierto es que independientemente de sus adicciones juveniles y de mediana edad, Enrique ha sido un consejero y mediador de paz muy eficaz desde el gobierno de Belisario, incluso en el Caguan de Pastrana y ahora en el de su hermano menor. Sus vínculos con la izquierda democrática lo llevaron a fundar Alternativa en 1974, en compañía de Gabriel García Márquez, Antonio Caballero, Orlando Fals Borda, Jorge Restrepo, José Vicente Katarain y Roberto Pombo, el chino del grupo, hoy director de EL Tiempo y esposo de Juanita Santos, hermana de Pachito, prima de Enrique y Juan Manuel. 

El papel del Gran Hermano, del hermano mayor, ha sido fundamental desde el inicio del primer gobierno de Juan Manuel, pero particularmente desde el segundo, cuando el presidente decidió apostarle todo su capital político a la paz. Ha sido el puente con las guerrillas. Un puente entre la oligarquía capitalina y la insurgencia, gracias a la confianza que despierta Enrique entre los duros del Secretariado, que lo conocen desde hace muchos años. Enrique, fácilmente podría ser puente también con la oligarquía de provincia, que encabeza Álvaro Uribe, y bien valdría la pena que lo intentara pues goza del respeto intelectual de éste. Enrique apoyó a Uribe en sus dos primeros gobiernos, pero eso sí, mis amigos, se aterró ante el nombramiento de su primo Pachito como Vicepresidente, y también se opuso a un tercer mandato, pero siempre valoró las acciones de su gobierno, demostrando su derechización, hastiado tal vez de tanto marxismo-leninismo, de los hermanos Castro, del Chavismo, y para no ir muy lejos, del fracaso de Petro y de los anteriores gobiernos de izquierda de la Capital. Enrique es el Gran Hermano y lo hace bien.

PEDRO PARAMO
25 de noviembre de 2015  



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viernes, 20 de noviembre de 2015

“ALA ES GRANDE”


Usted y yo podríamos haber nacido en Siria, en Irak, Pakistán o en Dubái, pero no, nacimos en Colombia, el país del sagrado corazón, y por eso somos cristianos y no musulmanes. Pero también podríamos haber nacido en los barrios marginales de París, Bruselas o Toronto, donde abundan los musulmanes. Resulta mis amigos que la religión es un asunto cultural y geográfico, sin olvidar los componentes antropológicos, sociológicos y psico-espirituales. Hoy, incluso, tiene un carácter predominantemente geopolítico.

La pregunta es ¿por qué está sucediendo lo que está sucediendo? ¿Esto es nuevo?  Y podríamos decir que no, que no es nuevo, es repetitivo en el tiempo. Basta recordar las guerras religiosas cruentas e inhumanas de otras épocas. ¿Podría alguien pensar que las cruzadas cristianas contra los musulmanes y otros herejes eran paseos de las hermanitas de la caridad? ¿O cree alguien que Saladino los recibía con manjares y mujeres hermosas bailando semidesnudas la danza de los siete velos? No, mis amigos, la crueldad y el odio eran inmensos, como ahora.

Ahora bien, en todas las religiones hay extremistas, particularmente en las que lo político, lo social y lo religioso van unidos, como en el Islam. ISIS (Estado Islámico de Irak y Siria) o EI, como se ha hecho llamar el grupo terrorista de los recientes atentados en Paris, es realmente “DAESH”, un ejército terrorista yihadista. Esta palabra también puede significar “algo que aplastar o pisotear”, “intolerante”, o “el que siembra la discordia”, según nos dicen los expertos traductores árabes, traducción que al grupo terrorista no le gusta y “amenaza con cortarle la lengua a cualquiera que utilice esta palabra”, advierte la prensa parisina, después de que el presidente Francois Hollande la ha usado en su discurso de declaratoria de guerra, luego de los atentados.

“DAESH” reclama un califato para ellos, que son la secta sunita, 85% de los musulmanes del mundo, y por ello se ha tomado parte de Irak y de Siria. El último califato fue el Imperio Otomano, destrozado en la segunda guerra mundial, cuando se lo repartieron Rusia, los EEUU y sus Aliados, de acuerdo con sus intereses económicos. Matan al grito de “Ala es grande”, con un odio total a Occidente, que identifican como el “mal absoluto”. Esta semana han dicho que “van por Roma y su cruz” y que “convertirán la Casa Blanca en negra”, después de incendiarla y hacerla estallar.

Lo cierto es, mis amigos, que la comunidad musulmana internacional, no acepta este enfoque apocalíptico, terrorista y criminal de su religión. Y la verdad es que todas las religiones confluyen en el amor y no en el odio. Recuerdo una oración Sufí, movimiento filosófico muy cercano a mis afectos, y que dice así: 





SALAT (Oración a Dios) 

Benignísimo Señor, Maestro, Mesías,
 Y Salvador de la Humanidad,
 Te saludamos a Ti con toda humildad.
 Tú eres la primera causa y el último efecto,
 La Luz Divina y El Espíritu de Guía,
 Alfa y Omega.

 Tu Luz está en todas tus formas,
 tu Amor en todos los seres,
 en una amorosa madre, en un bondadoso padre,
 en un inocente niño, en un amigo que ayuda,
 y en un maestro inspirador.

Permítenos reconocerte
 en todos tus nombres y formas sagrados: 
Como Rama, como Krisna, como Shiva, como Buda;
 permítenos reconocerte como Abraham, como Salomón,
 como Zarathustra, como Moisés,
 como Jesús, como Mahoma,
 y en muchos otros Nombres y Formas,
 conocidos y desconocidos para el mundo…

 Que el Mensaje de Dios se extienda a lo largo y ancho,
Iluminando y haciendo a toda la humanidad 
como una sola hermandad en la Paternidad de Dios. Amén.



PEDRO PÁRAMO

20 de noviembre 2015

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jueves, 12 de noviembre de 2015

¡¡SIGANME LOS BUENOS!!


Esto de la elección del alcalde Rodolfo me ha tenido muy interesado, mis amigos, no solo por lo que significa para Bucaramanga pues representa el cambio, sino por su parecido a Chespirito, el creador del Chapulín Colorado, que en realidad no es un antihéroe, ni un seudohéroe sino un auténtico héroe. Y que, a pesar de que creíamos que era un comic para niños, en realidad lo era o lo es para adultos, como lo afirmaba el mismo Roberto Gómez Bolaños, pues sus mensajes los dirigía a los grandes. Él decía que escribía para adultos y que en particular lo entendían más los colombianos y argentinos que los mismos mejicanos. Sus razones tendría.

Pero aparte de su parecido físico, en la edad otoñal de ambos protagonistas, hay unos parecidos conceptuales y de comportamiento que vale la pena observar. Rodolfo también es un paladín de la justicia y de la equidad y un enemigo de los malos. Aparentemente el Chapulín no carecía de miedo, sino que lo superaba. Chespirito decía que “el que sin sentir miedo se enfrenta al peligro, es un irresponsable. No un héroe. El que consciente del peligro se enfrenta a él, ese es el héroe”. Y estoy seguro que Rodolfo siente miedo pues se enfrenta al monstruo de la corrupción, uno de los más grandes flagelos de nuestro país. Pero supera el miedo y caza peleas a diestra y siniestra, sin medir sus alcances o consecuencias. Aparece ante la opinión más fuerte de lo que es y se parapeta en su astucia, sabiendo como el Chapulín que no hay astucia que valga ante enemigos tan poderosos. El Chapulín demuestra que no tiene tanta astucia pero le apuesta a la suerte y al empeño. No siempre triunfa. Ojala lo de Rodolfo no dependa de la suerte y los resultados obedezcan más a su empeño y al deseo de los bumangueses de hacer un cambio profundo en las costumbres de la política local. Y ojala triunfe siempre.

Cuando el Chapulin dice: “Siganme los buenos”, sabe que no existen los buenos absolutos, los totalmente buenos. Bueno y malo son conceptos relativos, mis amigos. Prueba de ello es que entre los seguidores más cercanos de Rodolfo no todos son tan buenos y entre los derrotados no todos son tan malos. Por eso Rodolfo debe superar los prejuicios y pisar con pies de plomo para no caer en la cacería de brujas, que solo lleva a odios innecesarios en esta tarea de reconstruir las buenas costumbres en la política. La intolerancia se ha apoderado de todos los ambientes. Se nos dificulta soportar a los que piensan distinto. Incluso nos da trabajo soportar a los que pretenden hacer lo mismo pero de otra forma, decía alguien sabiamente. Y Chespirito, otro de mis grandes filósofos de cabecera, aseguraba que en lo personal había llegado a la conclusión de que “hay dos males que van juntos, muy unidos: la intolerancia y el prejuicio. No existen las cosas puras. Ni el bueno puro, ni el malo puro…Los prejuicios son tremendos”.


Y hay una pregunta que quiero hacer, sin prejuicios mis amigos, seguramente pasándome de atrevido, sobre lo bueno y lo malo. ¿Qué tan bueno y qué tan malo es haber ofrecido vivienda para todos aquellos que votaran por Rodolfo para alcalde, estableciendo un código que le permita a él, identificar a sus votantes y así poder cumplirles? ¿No es eso una compra diferida de votos, además con presupuesto público? ¿Qué pasa con los que no firmaron ese compromiso y que también tienen derecho a subsidios de vivienda por parte del Estado? ¿Solo los veinte mil codificados podrán participar de esos beneficios? ¿Qué es equitativo y qué no lo es? Los derrotados “no contaban con su astucia” Alcalde, pero póngase la mano en el considere y maneje bien el “chipote chillón”, que son muchos los que lo vamos a apoyar en su empeño de cambiar las costumbres políticas indeseables.

PEDRO PARAMO

12 de noviembre 2015

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