lunes, 14 de septiembre de 2015

MADRE LAURA: UNA BUENA HISTORIA


Terminó la semana pasada MADRE LAURA, LA SANTA COLOMBIANA, realización de Caracol, llenando con creces las expectativas de los televidentes, no solo por su buena factura (guion, fotografía, escenarios, vestuario de época, actuaciones…) sino por haber logrado contextualizar la vida de la misionera, canonizada recientemente por el Papa Francisco, a tal punto que logramos vislumbrar la violencia partidista de finales de siglo XIX y de principios del siglo XX, el machismo imperante  o “patriarcado” -también llamado así por los historiadores-, la lucha de la mujer por educarse y adquirir autonomía y respeto en la sociedad, el gamonalismo y la lucha de clases, la discriminación racial –muy marcada en la serie-, además de las virtudes y pecados de la sociedad de la época, no muy distintos a los de la actual, les cuento. Confieso que no soy muy religioso mis amigos, pero como libre pensador soy muy respetuoso de todo lo bueno de las religiones y de aquellos que promueven el culto a Dios, desde cualquier ángulo.

Y les cuento que me enamoré de esta mujer por su verraquera, su persistencia, su convicción, por la entrega total a su misión. No se qué tanto sea verdad y que tanto ficción, pero me atrevo a pensar, por las características del personaje, que la realidad supera a la ficción en este caso. Hay que ver cómo sobrellevaba cada una de las dificultades, con ese espíritu combativo, esa entereza que como se decía en esa época era propia “únicamente de los hombres”. Qué mal comportamiento de la mayoría de los varones que interactuaron con ella, particularmente la de los curas, que con contadas excepciones le hicieron la vida imposible. Que mal parada queda la Iglesia Católica, particularmente sus jerarcas, que cuando vieron el empuje y el crecimiento humano y espiritual de esta mujer, sintieron celos, envidia, rabia…y muchos otros bajos instintos, no muy propios de quienes usan  hábitos y fungen como intermediarios con Dios. No creo que el Canal, la producción y dirección, se hubiera propuesto mostrarnos aspectos tan relevantes de la vida de la Santa, distorsionando el comportamiento de curas y jerarcas en su relación con ella. Sé que se documentaron muy bien pues tengo familiares y amigos cercanos entre las altas directivas del Canal.

Francisco, el Papa del “recen por mí”, del perdón a aquellas mujeres que hayan abortado, del respeto por las parejas gay, del énfasis en el apoyo a los más pobres y en particular a los niños, el defensor del medio ambiente, aquel que quiere revolcar las finanzas del Vaticano para sacarlo de la corrupción que lo ha permeado, ese mismo que quiere sacar a la Iglesia del acartonamiento y de los vicios de pederastia que se han vuelto pan de todos los días entre religiosos y jerarcas, tiene que sentirse muy satisfecho de haber canonizado a esa impresionante mujer que dedicó su vida a la educación de los indígenas y negritudes, comunidades ignoradas por el Estado y por la Iglesia, incorporándolos a la sociedad o por lo menos tratándolos como a seres humanos y no como animales sin alma.
    
Pionera en muchos aspectos, resultó nuestra Madre Laura. Como defensora de los derechos de la mujer puso la vara alta. Como educadora, propició la educación igualitaria para hombres y mujeres. Como líder social, se impuso a las jerarquías de la Iglesia Católica para llegar a donde no habían querido o podido llegar los curas flojos y contemplados, que parece eran la mayoría en su época, abriendo caminos a comunidades abandonadas e ignoradas, alfabetizándolos, enseñándoles a salir de la pobreza y a defenderse de gamonales y terratenientes que querían robar sus tierras. Bueno, una golondrina no hace verano, pensarán ustedes, pero miren que al morir Laura, su comunidad tenía cerca de 400 lauritas, como cariñosamente se les llamó y se les llama aún. Antioquia y particularmente Jericó, tienen que sentirse muy orgullosos de la santa colombiana. Que buena serie mis amigos. Felicitaciones al Canal Caracol.

PEDRO PARAMO
5 de septiembre 2015  

   

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